El exotismo hipervisible

Primer largometraje de ficción del periodista Jordi Llompart, ya fogueado en el terreno del documental espectáculo en formato IMAX, parte de una dolorosa experiencia personal para elaborar una fábula en 3D sobre el descubrimiento del otro, encarnado en la funcional figura del niño bosquimano reciclado en carterista a la fuerza en la gran ciudad.

El conjunto tiene el disuasorio barniz de un cuento infantil solidario de última generación y bajo sus imágenes discurre el sustrato de esa culpa burguesa que el Primer Mundo debería convertir, de una vez por todas, en marca registrada. Con estas cartas sobre la mesa, al crítico no le queda otra opción que cruzar los dedos, a la espera de que los animales infográficos que jalonan la odisea africana le permitan simpatizar con algunos aspectos técnicos de la propuesta. No hay suerte: la hipervisibilidad 3D sólo revela su capacidad para forjar un nuevo kitsch para el imaginario ONG.