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La defenestración de Garzón

Juanes aplaza una decisión sobre la sustitución de Garzón

Tristeza en la Audiencia en el primer día sin el magistrado

El presidente de la Audiencia Nacional, Ángel Juanes, mantuvo ayer una reunión con todos los jueces centrales de instrucción del tribunal para estudiar la forma de cubrir la baja del magistrado Baltasar Garzón, suspendido el pasado viernes de sus funciones como consecuencia de haber pretendido investigar los crímenes del franquismo. Sin embargo, en la reunión se decidió aplazar la adopción de una decisión definitiva sobre la sustitución del juez a la espera de ver si el Consejo General del Poder Judicial le concede finalmente los servicios especiales para que pueda ir como asesor de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional.

La concesión o no de los servicios especiales por parte del Consejo cambia sustancialmente la situación administrativa y la forma de sustitución del magistrado. Por ello, y en tanto el CGPJ no se pronuncie sobre el tema, provisionalmente, el sustituto natural, Santiago Pedraz, se hará cargo de la tramitación de los casos del Juzgado Central de Instrucción 5.

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Fuentes del Consejo consideran muy probable que, finalmente, se conceda a Garzón ir al Tribunal Penal Internacional, aunque no se descarta que se le exija que solicite la compatibilidad; una nueva humillación. La anterior se produjo el pasado viernes cuando, a pesar de que varios vocales progresistas aseguraron que existía un pacto tácito para dejar ir al juez, las consejeras a propuesta del PSOE Margarita Robles -a la que Garzón había recusado para que no decidiera sobre su suspensión-, Almudena Lastra y el presidente del Poder Judicial, Carlos Dívar (propuesto para el cargo por el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero) votaron junto a los conservadores para retrasar su decisión de permitirle ir a La Haya.

Lo hicieron sólo unas horas después de votar a favor de su suspensión en un pleno extraordinario del órgano de gobierno de los jueces. Ese pleno fue convocado, en perfecta sincronía, por siete vocales conservadores invocando la apertura de juicio oral decretada con insólita celeridad por el instructor del Supremo Luciano Varela al conocer que Garzón anunciaba su marcha.

En la Audiencia Nacional, ayer el ambiente era de tristeza y de una cierta depresión generalizada. Los funcionarios del juzgado de Garzón reanudaron el trabajo con normalidad y también muchos magistrados, aunque para la mayoría de ellos se ha perpetrado una injusticia y el ensañamiento escenificado en la salida del juez ha sido ignominioso.

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