_
_
_
_
_

El Tesoro se queda sin colocar las letras previstas pese a subir los tipos

España emite 6.436 millones, cuando el objetivo iba de 6.500 a 7.500 millones

Alejandro Bolaños

Hace apenas dos semanas, con la prima de riesgo de la deuda pública en niveles récord -el diferencial con el rendimiento del bono alemán a 10 años llegó a los 164 puntos básicos-, el Tesoro español sacó adelante una emisión de bonos a cinco años. Entremedias, Wall Street amagó con un jueves negro y la presión de los mercados forzó a la UE a articular un fondo de rescate. El Tesoro volvió ayer a pasar la prueba, aunque con aprobado raspado. Colocó 6.436 millones en letras a un coste que volvió a ser mucho más alto que en la anterior subasta. Además, esta vez la demanda fue baja y el Tesoro cortó la subasta antes de alcanzar su objetivo estimado (6.500 millones), algo muy infrecuente.

El Gobierno reconoce que la demanda ha sido débil
Más información
El consumo aumenta su ritmo de avance al 0,5% entre enero y marzo
El Tesoro coloca con comodidad una emisión de bonos a 10 años
El Tesoro vuelve a duplicar el precio para emitir deuda

El Tesoro adjudicó 4.359 millones en letras a un año, cuando las peticiones de los inversores sumaban 5.499 millones. Y otros 2.076 millones en letras a 18 meses, cuando la demanda alcanzó los 2.776 millones. En total, las peticiones sumaron 8.275 millones, algo por encima de los 7.500 millones que el Tesoro se había planteado como objetivo máximo en la colocación. El ratio de cobertura (proporción de peticiones respecto al monto adjudicado) apenas llega a 1,3, el más bajo de las emisiones de este año.

"El Gobierno considera que ha sido una subasta floja, pero dadas las circunstancias del mercado no es sorprendente", sostienen desde el Ejecutivo. "El mercado está en una situación distinta en las últimas semanas y eso se paga", indicaron fuentes de Economía, que recalcaron que había demanda suficiente para cubrir el objetivo máximo, pero que el Tesoro decidió cortar la subasta antes de llegar incluso a la estimación mínima, "teniendo en cuenta las necesidades de financiación del Estado y el coste". En la subasta, se van adjudicando las letras empezando por quienes exigen una rentabilidad inferior. El último tipo al que se emiten títulos es el tipo marginal.

Porque el coste, como viene ocurriendo en las últimas subastas, volvió a elevarse de forma notable, fiel reflejo de lo que ocurre en los mercados secundarios de deuda, donde los inversores compran y venden estos títulos. El tipo marginal al que se adjudicaron las letras a 12 meses remontó hasta el 1,69%, frente al 0,90% de la subasta anterior. En los títulos a 18 meses, el tipo al que se adjudicó la última letra fue del 2,05% (el 1,18% en abril). En los dos casos, esos tipos de abril estaban cerca de los mínimos históricos. El repunte de los intereses significa que el Tesoro pagará unos 55 millones más durante la vida de estos títulos que si se hubieran emitido a los tipos medios de la anterior subasta.

La diferencia traduce la mayor desconfianza de los inversores respecto a la deuda pública española, más acentuada en los plazos cortos. En las letras a un año, el tipo de la subasta de ayer es 134 puntos básicos superior al de la letra alemana al mismo plazo. Es aún un diferencial mayor que el que refleja el mercado para el bono a 10 años (114 puntos básicos), que ayer apenas se movió.

El Tesoro celebra mañana subasta de bonos a cinco años, pero es en julio cuando afronta sus mayores necesidades, pues vencen títulos por 24.663 millones.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_