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El deterioro del mercado de trabajo

El paro experimenta su mayor caída desde que arrancó la crisis

El repunte habitual de mayo se alía con la incipiente recuperación económica - La serie corregida de variaciones estacionales aún emite señales negativas

Alejandro Bolaños

El mes pasado se pareció bastante a lo que en el mercado laboral se entendía por mayo. Con el verano a la vuelta de la esquina, la hostelería comienza su temporada grande, los empresarios del sector turístico contratan y las tiendas elevan sus ventas. La agricultura y la construcción recuperan a marchas forzadas el tiempo perdido en el invierno, más aún si ha sido tan largo como este último. En suma, el paro baja de forma notable, como lo hizo el mes pasado: los sistemas públicos de empleo registraron 76.223 desempleados menos que en abril, según informó ayer el Ministerio de Trabajo. En medio de la peor crisis económica en medio siglo, la normalidad no es poca cosa.

La recesión, de la que la economía española apenas acaba de salir, ya hincó el diente en el empleo hace dos años. Entonces ni el buen tiempo ni el repunte estacional de actividad económica valieron para impedir que el paro aumentara, incluso en mayo. Y en 2009, aún con el mercado laboral tiritando tras el peor trimestre de la historia reciente, apenas se registró un leve descenso del desempleo. Así que 76.223 parados menos, un recorte solo algo superior al promedio de la última década en este mes, se convierte ahora en el mayor descenso del paro desde que la crisis echó a andar.

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En tres años, no ha habido una bajada del desempleo tan intensa como la del mes pasado (un 1,84% menos que en abril). Y, en términos absolutos, hay que echar la vista atrás al menos cinco años para encontrar un mes (también mayo) en el que la lista del paro se acortara de esta manera. "En su conjunto, este mes de mayo se parece mucho más a los años anteriores a la crisis económica", constató Octavio Granado, secretario de Estado de Seguridad Social.

Ya sea porque la intensa destrucción de empleo no va a más, tras dejar en la cuneta más de dos millones de puestos de trabajo (un 10% de los que había antes de la crisis), ya sea porque la recuperación económica arraiga, el mercado laboral empieza a estabilizarse. Encadena ya cuatro meses de aumentos en el número de afiliados a la Seguridad Social (en mayo, la afiliación creció en 113.237 ocupados, un 0,6% más que en abril) y dos meses consecutivos de reducción de paro. Y, sobre todo, recupera un comportamiento estacional, propio de etapas menos turbulentas.

"Los datos, tanto en reducción de paro como en afiliación, han sido mejores de lo esperado", afirma Ángel Laborda, director del gabinete de coyuntura de la Fundación de Cajas de Ahorros. Laborda recalca que mayo está muy condicionado "por factores estacionales" y que aún es pronto para asegurar que la economía crea empleo de forma sostenida. En conferencia de prensa, Granado concedió que hay "un comportamiento estacional típico de la hostelería y el comercio", pero también que "el incremento de afiliaciones indica claramente que se ha dejado atrás el periodo más fuerte de ajuste en el empleo".

Como en meses precedentes, las series desestacionalizadas (un filtro estadístico que trata de corregir las variaciones asociadas a la época del año para facilitar la comparación) sirven de contrapunto. Sobre todo en el paro registrado, donde el contraste es demasiado grueso para obviarlo. Si los datos hablan de recorte notable, la serie corregida relata otra historia: despojado de las puntas de contratación típicas de estas fechas, mayo habría dejado 50.987 parados más. Es decir, el recorte de paro debía haber sido aún mayor, más aún si se tiene en cuenta que este año cayeron menos jornadas festivas (nacionales, autonómicas o locales) en días laborables, o que se partía de un nivel de desempleo enorme.

Sin embargo, la historia que cuenta la serie desestacionalizada de afiliados a la Seguridad Social es más amable. El descenso en ocupados respecto a abril es imperceptible. Y el sector servicios, que emplea al 70% de los afiliados, registró en mayo la primera tasa interanual positiva desde que comenzó la crisis. Unas cifras que sirvieron a Granado para sostener que aún es posible una mínima creación de empleo, en tasas interanuales, a fines de este año.

Tras el recorte de mayo, el número de parados inscritos en los servicios públicos de empleo se queda en 4.066.202 personas, que se reparten casi a partes iguales entre hombres (2,037 millones) y mujeres (2,029). Un millón de parados no reciben ningún tipo de prestación o subsidio por su situación, según los registros de abril (Trabajo ofrece estos datos con un mes de retraso).

La negociación de la reforma laboral, con el Gobierno a punto de hacer sonar la campana del decreto, mediatizó los análisis. El secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, enfatizó que, en cuanto el paro se reduce, el empleo temporal (más del 90% de los contratos formalizados en mayo) vuelve a enseñorearse del mercado laboral. "Los intentos de reforma que no tengan en cuenta la altísima incidencia de la temporalidad en la destrucción de empleo, sentarán las bases de un nuevo ajuste drástico", afirmó.

El líder de UGT, Cándido Méndez, argumentó que el recorte de paro en mayo avala que la creación de empleo "depende de la actividad económica, no de la reforma laboral". Los mismos datos sirvieron a la patronal CEOE para la lectura opuesta: "Es inevitable hacer una reforma profunda".

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