Crivillé-Doohan: la historia se repite

La lesión de Valentino Rossi roba a los aficionados al motociclismo un duelo que prometía ser espectacular. El duelo que protagonizan un prometedor piloto hambriento de títulos y un campeón que no renuncia ni a su liderazgo, ni a su jerarquía. Ya no habrá duelo. O mejor: lo hubo, pero terminó antes de tiempo. Rossi ya no es rival. Lorenzo tiene ahora otros rivales, desaparecidos hasta el momento. Frescos, otra vez, gracias a su nueva condición de aspirantes. Pedrosa -que ayer hizo la pole por delante del de Yamaha- y Stoner -que fue tercero-, vuelven a la palestra. Sabedores de que ellos también se han quitado a un competidor de en medio.

Si bien, hoy el único favorito es Lorenzo, cuyo dominio en este inicio de temporada ha sido insultante. Y, además, Rossi le ha despejado el camino. La situación golpea a la puerta de nuestra memoria colectiva. Toc, toc. ¿Se puede? Y allí están Mick Doohan y Alex Crivillé en 1999 peleando por el título de 500cc. "Es exactamente igual", recuerda el único campeón español de la categoría reina. "Estábamos batallando por el campeonato dos pilotos del mismo equipo, Honda, y el personal apretaba bastante". Crivillé era el único gran rival del heptacampeón del mundo. A quien también le pudo la presión. También en unos entrenamientos libres. Fue en Jerez, la tercera carrera del año. "Yo tenía mejor ritmo y él quiso hacer un tiempo complicado". Al suelo. Doohan no sólo dijo adiós al Mundial, sino también a su carrera de piloto. Crivillé sólo ve una gran diferencia: "Doohan no movía lo que mueve Rossi". Y aclara, por si acaso, que a nadie le gusta competir así: "Esto no lo deseas nunca". Fue lo primero que dijo Lorenzo, antes de que nadie le preguntara, a través de su Twitter: "Es una pena la lesión de Vale. Deseo que vuelva pronto. Las carreras no serán lo mismo sin él". No es una postura. Su equipo cree que esto no beneficia a nadie. Y él mismo considera que nada será como deseaba: "Yo creo que un título sin Valentino tendrá menos valor". Lo que no significa que crea que vaya a ganar el Mundial sin oposición. Quedan 15 carreras y 375 puntos en juego. "Ahí es nada". ¿Le podrá la presión? "No, lo tiene muy claro. Él pelea consigo mismo, siempre quiere ser mejor", zanja su equipo.