La manzana de la concordia
La vida genera a veces extraños aliados. Hace solo un suspiro en términos históricos los periódicos habrían apostado por buscadores como Google como la más eficaz herramienta para atraer nuevos lectores. Hoy, algunos medios miran al imperio de Eric Schmidt como una amenaza por su capacidad de volcar noticias a la carta para sus usuarios convirtiendo en innecesarios los clásicos rotativos que ofrecen los editores. Hace también solo un suspiro ningún medio de comunicación reparaba demasiado en el imperio Apple, un fabricante de bonitos ordenadores con reducida cuota de mercado y mínimos reproductores de música en formato mp3. Hoy, los últimos éxitos comerciales del imperio californiano, el iPhone y, sobre todo, el iPad se perciben como el maná llovido del cielo, el soporte ideal para garantizar la existencia de los periódicos sin talar bosques ni morir de inanición; sin perder la razón de ser en el camino.
Muchos analistas lo han visto así y no es casualidad que el iPad haya nacido ya con paquetes de periódicos online en sus entrañas.
El debate está al rojo vivo en las redacciones menguadas por los despidos. ¿Hay futuro? ¿Y si lo hay, cuál es el camino para hallarlo? ¿Con tanta información disponible en Internet y los medios audiovisuales, qué necesidad tiene la gente de leer (y pagar) un periódico?
Y entonces habló Steve Jobs. El consejero delegado de Apple, un empresario al que es difícil mirar con el desprecio que producen los analfabetos digitales o los nostálgicos, ha dado alas a los viejos sueños de periodistas y editores. Ha hablado de la libertad de prensa, del criterio editorial y de la necesidad de contar con esa jerarquización y selección de noticias y análisis que aportan los periódicos en contra del caos de un mundo de blogueros.
Jobs ha asegurado querer ayudar a los periódicos, si bien estos, dice, deben ofrecerse en los nuevos soportes a precios competitivos. No importa. Lo esencial queda dicho. Y mientras rudos periodistas se secan las lágrimas de la emoción toca reconocer que Google ha facilitado mucho el trabajo a los reporteros y que ahí hay también margen para alianzas que fortalezcan a todos y garanticen un futuro con más información y de mayor calidad.