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Las consecuencias de la crisis

La movilidad fiscal no es tan fácil

Jesús Sérvulo González

El consejero de Hacienda de Madrid, Antonio Beteta, es un liberal ortodoxo. Defiende la reducción de impuestos como estímulo económico. Por eso ayer tras ser preguntado por las subidas que autonomías como Andalucía o Extremadura aplicarán en el IRPF para las rentas más altas, el consejero manifestó: "Hemos tenido noticias de abogados de fuera de Madrid pidiendo información sobre los trámites para hacer el cambio de domicilio de numerosos ciudadanos de las comunidades donde se han anunciado subidas de impuestos tan desafortunadas".

Sin embargo, no resulta tan fácil cambiar el domicilio fiscal para beneficiarse de la diferencia tributaria entre regiones. La Ley que regula el IRPF establece que se condiderará que los ciudadanos son residentes en una comunidad autónoma cuando: "en dicho territorio radique su vivienda habitual; permanezcan en su territorio un mayor número de días del período impositivo (más de 183 días al año); u obtengan la mayor parte de la base imponible del IRPF. Además, las autonomías de origen están atentas a este tipo de picaresca para evitarlas.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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