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Crónica:CAJA LABORAL 79 - BARCELONA 78 | Final de la Liga ACB
Crónica
Texto informativo con interpretación

El triunfo de la fe

San Emeterio, en el último segundo de la prórroga, da el título al Caja Laboral frente al Barça

En uno de los partidos más apasionantes e increíbles que se recuerdan, el Caja Laboral derribó por tercera vez consecutiva al gigante Barcelona y se proclamó campeón de la ACB. Fue el triunfo del inconformismo de sus jugadores ante el pronóstico generalizado, la superación de todas las dificultades, el exprimir al máximo lo que tenían, que no era mucho en comparación con sus rivales, y sobre todo el de la fe. En ellos mismos, en su entrenador, Dusko Ivanovic, y en sus capacidades. Una fe inquebrantable que no cejó ni siquiera cuando el partido parecía irremediablemente decantado hacia el Barça (73-77 a menos de un minuto del final de la prórroga).

Cualquier amigo de las conspiraciones habría llegado a la conclusión de que todo se había puesto en conjunción para que la final no terminase. Sobre todo, después de ver cómo un tapón de Morris a Eliyahu en la última jugada del tiempo reglamentario era dado por válido. Al menos, dudoso, valía una Liga y se había escapado. Otro equipo lo habría acusado, pero no este Baskonia. Siguió porfiando desde su evidente inferioridad en físico y efectivos, aguantó los triples de Sada y Lorbek que sonaban a cierre de debate y supo alcanzar el último suspiro con la suerte en sus manos.

CAJA LABORAL 79 - BARCELONA 78

Caja Laboral: Huertas (9), Oleson (7), San Emeterio (6), Teletovic (8) y Splitter (14) -equipo inicial-; Ribas (3), Palacio (4), Eliyahu (18), English (3) y Herrmann (7).

Regal Barcelona: Rubio (14), Navarro (18), Mickeal (16), Morris (9) y Lorbek (9) -equipo inicial-; Basile (1), Lakovic (2), Vázquez (2), Ndong (4), Grimau (0) y Sada (3).

Árbitros: Hierrezuelo, Pérez Pizarro y Jiménez.

9.700 espectadores en el Buesa Arena.

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Indestructible San Emeterio

Con el Barça en ventaja de dos puntos después de un fallo crucial de Basile en un tiro libre, el Caja Laboral atacó para al menos empatar el duelo y llevarlo a la segunda prórroga. Esa era la intención de San Emeterio al entrar a canasta con toda la fuerza que le quedaba. Tenía la pelota, pero Morris se creyó con derecho a intentar negarle la mayor. No lo consiguió, sino todo lo contrario. Cometió falta y San Emeterio metió la bandeja. Un error que costó el título a su equipo.

Es evidente que no se puede culpar a Morris más allá de una mala decisión final. El Barça, aun mejorando sus dos primeros partidos, ha estado a años luz de lo que se esperaba. Nada ni nadie ha podido o sabido cambiar una dinámica que comenzó con el primer partido y terminó en el error de Morris. La lista de damnificados es tan larga como la era de triunfadores hasta hace una semana. Rubio, Navarro, Lorbek, N'Dong y Vázquez se llevan la palma. Desde el encuentro inaugural se ha esperado una reacción individual y colectiva y se ha terminado la final esperándola. También Xavi Pascual ha salido malparado en su enfrentamiento con Ivanovic. Es lo que tiene perder el campeonato siendo el unánime favorito.

Felicidades al Caja Laboral. A todo su entramado, sustentado por un triángulo mágico formado por Huertas, San Emeterio y Splitter y al que Eliyahu ha terminado por encaramarse a lo alto del podio de los héroes de esta final. Son los campeones con todo merecimiento. Empezaron como David y tres partidos después Goliath yace en el suelo. Ya no se podrá levantar hasta la próxima temporada.

Splitter y sus compañeros, eufóricos, ofrecen el trofeo a los seguidores del Caja Laboral.
Splitter y sus compañeros, eufóricos, ofrecen el trofeo a los seguidores del Caja Laboral.L. RICO
Marcelinho celebra la decisiva canasta de San Emeterio.
Marcelinho celebra la decisiva canasta de San Emeterio.L. RICO

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