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Cataluña propugna un ajuste duro y reformas para relanzar la economía

Empresarios y políticos ligan la salida de la crisis a la recuperación de las exportaciones en una jornada de debate organizada en Barcelona por EL PAÍS

Cataluña propugna un ajuste duro y reformas de calado como doble vía para relanzar una economía que se enfrenta, como alarmante alternativa, a un largo estancamiento a la japonesa. Este fue el mensaje que martillearon ayer políticos y empresarios catalanes en el transcurso de la jornada Cataluña después de la crisis, organizada por EL PAÍS, en colaboración con la Generalitat y Abertis. Pero, junto a las medidas drásticas puertas adentro, unos y otros formularon un brindis decidido por una esperanzadora rendija de brotes verdes: el tirón de las exportaciones y, en especial, las de la industria. Cataluña, que si bien pesa un 18,7% en la economía española, acapara el 28,5% de las exportaciones españolas, fía su relanzamiento al sector exterior. Las exportaciones, que recularon un 30,2% en su peor momento, febrero de 2009, remontaron un 25,1% en marzo, en términos interanuales. Sin olvidar la innovación.

"No valen soluciones de maquillaje sino actuar a fondo", dice el consejero Castells
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Las reformas estructurales son "imprescindibles e ineludibles", arrancó ya en la inauguración de la jornada el presidente de la Generalitat, José Montilla, para quien solamente será posible superar la crisis "si todos somos capaces de hacer los deberes". Para ello, Montilla subrayó la necesidad de una mayor "solidaridad y cooperación" y una estrategia de país "con pocas prioridades, pero bien seleccionadas". El mismo día que el Gobierno Zapatero aprobaba su propuesta de reforma laboral, y cuando aún digería el esfuerzo extra de austeridad requerido desde Bruselas, el presidente de la Generalitat pidió "realismo" y "no engañarnos".

Su consejero de Economía, Antoni Castells, que clausuró la jornada, se mostró comprensivo con "lo complicado de entender" que sea necesario apretarse aún más el cinturón cuando la economía española salió de la recesión, en el primer trimestre. "No valen soluciones de maquillaje para bajar la fiebre, sino actuaciones a fondo para disminuir la infección", propuso con vehemencia el consejero, quien alertó sobre la posibilidad de que la economía entre en "una larga etapa de marasmo, bordeando la deflación", con crecimientos entre el 0,5% y el 0,7%. La alternativa es, dijo, "un ajuste drástico, porque creo que es mejor hacer un sacrificio y ver resultados rápidos". Además de la reforma laboral, la reflexión de Castells incluye el sistema educativo, el mercado energético o las pensiones.

Un año después de que soplaran vientos keynesianos favorables al gasto público para estimular la economía, hoy se impone la consolidación fiscal. Una de las políticas afectadas por el recorte del gasto es la inversión. A este respecto, el consejero de Política Territorial y Obras Públicas, Joaquim Nadal, confesó su preocupación por la a su juicio "errónea" confrontación entre la inversión en infraestructuras y las políticas sociales. Nadal advirtió de que Cataluña no ha alcanzado el "mínimo exigible" en infraestructuras, de modo que debe proseguir la inversión en ellas, aunque se ralentice, porque "hacen falta".

El secretario de Industria, Antoni Soy, también avisó de que al ajuste necesario deben sumársele "medidas para que la economía crezca", para evitar en lo posible que la austeridad frene el crecimiento. Un crecimiento para el que Cataluña se encomienda a su industria -pesa un voluminoso 21,3% sobre el PIB catalán y un 19,8% sobre el empleo total-.

"Cataluña es un país fuertemente industrializado y debe seguir siéndolo", enfatizó Carles Sumarroca, vicepresidente del grupo ComsaEmte, uno de los escasos grupos familiares que han afrontado la globalización con una fusión. Ganar masa crítica y tamaño para competir en el mundo y gestionar bien las tecnologías son clave, insistió.

El presidente de Fira de Barcelona y de Freixenet, Josep Lluís Bonet, señaló también que el camino hacia la prosperidad pasa por la internacionalización, aunque, añadió, "España tendrá una salida más lenta y dificultosa de la crisis" después de haber apoyado su crecimiento sobre la "especulación inmobiliaria y el crédito fácil", y eso pasará factura. Bonet criticó además "el estilo crispado de la política española, que ha impedido un pacto para encarar la crisis". La apuesta por las ventas en el exterior es esencial, coincidió Xavier Torra, director general de Simon Holding, aunque necesita tiempo, inversión y, en crisis, estar abierto a recibir "bofetones".

La mayor apertura de la economía catalana puede hacer, según Castells, que Cataluña haga de "tractor" para la recuperación económica española. El director de EL PAÍS, Javier Moreno, afirmó que Cataluña debe reflexionar sobre cómo quiere salir de la crisis y, en este sentido, reclamó que "se repiense" la estructura del Estado. "No hablo de replantear el Estado autonómico, sino de mentalidades", dijo, porque "con las mismas leyes se pueden producir comportamientos y maneras de pensar más eficaces".

El presidente José Montilla y los consejeros Antoni Castells (arriba a la derecha) y Joaquim Nadal, durante el debate ayer en Barcelona.
El presidente José Montilla y los consejeros Antoni Castells (arriba a la derecha) y Joaquim Nadal, durante el debate ayer en Barcelona.CARLES RIBAS

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