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Los inspectores ven trato de favor a las cuentas en Suiza

La actuación de Hacienda "se asemeja a la amnistía fiscal"

Lucía Abellán

Hacienda emplea el guante blanco con los grandes defraudadores y carga todo el peso de la ley al pequeño contribuyente. Así interpretan los inspectores fiscales la actuación de la Agencia Tributaria contra las casi 3.000 fortunas que han ocultado más de 6.000 millones de euros en cuentas suizas. La Organización de Inspectores de Hacienda del Estado, la más representativa del sector, considera un "escandaloso trato de favor" que el fisco opte por pedir la regularización voluntaria de esas cantidades en lugar de remitir directamente los casos a los tribunales -la mayoría tiene indicios de delito fiscal- o iniciar inspecciones ordinarias.

El procedimiento de la Agencia Tributaria "se asemeja a una amnistía fiscal", critican los inspectores, pues si los titulares de las cuentas opacas rinden cuentas voluntariamente, Hacienda no suele abrir actas ni remitir los casos a la fiscalía. El fraude se salda entonces con un recargo que ronda el 20% más los intereses de demora, sin sanciones. Con esas medidas "se manda un mensaje equivocado a la sociedad", considera el portavoz de los inspectores, Francisco de la Torre. También el sindicato de técnicos de Hacienda Gestha ve trato de favor y suscribe que el requerimiento voluntario no comporta sanción.

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Hacienda niega ese privilegio y opone que siempre se puede sancionar a los contribuyentes si se demuestra que han querido engañar al fisco. En todo caso, hay que iniciar un procedimiento separado; la penalización no deriva directamente del requerimiento. Fuentes cercanas al caso aseguran que esos clientes de la filial suiza del HSBC, donde depositaban el dinero descubierto, están recibiendo la recomendación de no regularizar voluntariamente, lo que restaría toda la efectividad al gesto de Hacienda.

Respecto a los implicados, la vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado, explicó en TVE que no se trata necesariamente de 3.000 fortunas diferentes, sino que "puede haber varias cuentas con un mismo titular".

Un robo de datos en ese banco, uno de los mayores del mundo, ha destapado el supuesto fraude. Un empleado del área de seguridad informática se apoderó a finales de 2006 de datos de 16.000 cuentas y los remitió -oficialmente sin contraprestaciones- a las autoridades francesas, explica un portavoz de la entidad. Francia informó a España de que unos 3.000 españoles atesoraban más de 6.000 millones opacos. El HSBC rehúsa confirmar si en el momento del robo había 3.000 cuentas a nombre de españoles, pero puntualiza que ya no son tantas.

El portavoz admite una posible evasión fiscal, aunque explica que Suiza solo remitirá más datos a España si las autoridades lo demuestran. Las cuentas en ese banco suelen abrirse con un importe mínimo de 1,6 millones de euros, por lo que la mayoría de los casos constituirán delito fiscal (120.000 euros de cuota defraudada).

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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