La debilidad defensiva
El partido del siglo para todos los españoles que aman el fútbol es, a la vez, la revancha para una Holanda que, de puntillas y sin dar un titular periodístico de más, se ha ganado la oportunidad de ganar el Mundial después de que Cruyff, Neeskens, Rep y compañía revolucionaran el fútbol en los 70.
Aún teniendo los fundamentos y la herencia genética de esos tiempos, los holandeses han traicionado un poco su estilo histórico y no es un equipo al que le guste llevar el peso del partido. Tras el 4-2-3-1 que pone en práctica, se esconde un intento de proteger el punto flaco de los holandeses: defensivamente son bastante vulnerables. Con un portero muy irregular y una defensa más o menos rápida pero con dos centrales que realizan bastantes fallos posicionales, Holanda trata de protegerse a través del trabajo de sus medios centros Van Bommel (el jugador que más faltas comete, a veces rayando la violencia, y que parece invisible para los árbitros) y De Jong (nada que ver con el fino medio de los 80). Practican el repliegue en su campo para aprovechar los espacios que deja el equipo contrario, y basan su juego en las salidas rápidas al contragolpe de Robben, casi siempre lanzado por Sneijder y acompañado por Van Persie y Kuyt.
España es muchísimo mejor equipo, juegue quien juegue. Y si logra defender cerca del área holandesa y roba el balón como en la semifinal, ganaremos fácil. Jugadores como Van Persie, Sneijder y Robben sufren sin la pelota, y esta circunstancia es muy importante porque España es capaz de esconderlo para desesperar a cualquiera.
No será un paseo pero los argumentos de nuestra selección y el fútbol que practica, creo que nos harán vivir y hacer realidad el sueño de tantas y tantas generaciones de seleccionados españoles que acabaron en tristemente... las lágrimas que esta vez serán de alegría.