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PASE LARGO | SUDÁFRICA 2010 | España-Holanda, gran final del Mundial
Columna
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Cuestión de madurez

De 10 duelos contra Holanda, España ganará ocho. Pero no puede sentirse favorita, un problema condenatorio si ocurre. Pero si tira de la madurez que ha aplicado tras el partido ante Suiza, siempre atento a los detalles y con suficientes recursos como respuesta, estoy convencido de la victoria española, por más que la oranje haya demostrado un tono competitivo excelente y una capacidad ganadora notable, como aclaró al batir a Brasil.

Las similitudes de ambos equipos son acentuadas. Juegan con un 4-2-3-1, tienen un lateral derecho joven y enérgico, y uno izquierdo más veterano, el ingenio lo pone el volante ofensivo como Xavi y Sneijder, rompen y deciden desde la banda con Villa y Robben, y aguardan pacientes al despertar del delantero centro, de Torres y Van Persie. La diferencia, sin embargo, radica en el centro del campo. Holanda tiene las labores de la medular bien delimitadas; mientras De Jong y Van Bommel actúan en la contención, Sneijder catapulta. Su propuesta, que se pelea con el estilo de sus selecciones históricas, les asegura el equilibrio. Pero también les hace más predecibles, fiados a la invención de Sneijder y al talento agresivo de Robben. Algo que no debería inquietar a España, que siempre ha sabido controlar los puntos fuertes del rival, como el contragolpe alemán o la aparición de Ronaldo.

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El triángulo en la divisoria de España, sin embargo, pasa del 2-1 al 1-2 sin apuros, y tanto Xavi como Alonso y Busquets, mezclan, defienden e intercambian posiciones. Es definitivo. La propuesta funciona y más ante los equipos europeos, que al contrario de los sudamericanos, no presionan tanto la salida de la pelota y aguardan en campo propio.

Es una alegría que las dos selecciones lleguen a la final, con similitudes en el juego y las ideas claras. Pero Holanda carece de la madurez de España, favorita para ganar el Mundial. Pero que no se lo crea.

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