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Clinton llega a Pakistán con las manos llenas

Washington quiere mejorar sus deterioradas relaciones con Islamabad

La secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, llegó ayer a Islamabad para mantener contactos de alto nivel con los líderes paquistaníes, dentro de la serie de reuniones impulsada por la Administración de Obama con el fin de acabar con décadas de sospechas entre Pakistán y EE UU.

Clinton anunciará distintas iniciativas para ayudar a Pakistán en el campo de la salud pública, la agricultura y la distribución de agua, que EE UU financiará con 500 millones de dólares (387 millones de euros) de ayuda económica. Entre otros, EE UU tiene previsto construir un hospital de 60 camas en Karachi, la capital financiera del país, y apoyar a los agricultores para que exporten sus mangos.

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Pero estos proyectos, aunque son beneficiosos para la frágil economía del país asiático, no ocultan los diversos puntos de fricción entre ambas partes. Los funcionarios estadounidenses siguen cuestionando la dedicación de Pakistán para acabar con la insurgencia talibán en sus áreas fronterizas, sus intereses en Afganistán y su decisión de ampliar su programa nuclear.

Pakistán planea comprar dos nuevos reactores nucleares a China, un acuerdo que alarma a Estados Unidos porque se negoció en secreto y porque está fuera del régimen global de no proliferación. No está claro si Clinton abordará este tema durante su estancia.

La situación de las relaciones entre los dos países puede comprobarse si la Administración de Obama decide colocar la red de Haqqani, uno de los mayores grupos insurgentes paquistaníes, en la lista de organizaciones terroristas del Departamento de Estado. Islamabad mantiene lazos con este grupo a través de su servicio de inteligencia y trata de aprovecharse de estas conexiones como método para ampliar su influencia sobre Afganistán.

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La tensión entre Washington e Islamabad ha decaído desde la última visita de Clinton a Pakistán en octubre pasado. Entonces la jefa de la diplomacia estadounidense tuvo que hacer frente a varias preguntas hostiles en sus reuniones públicas y dijo sin rodeos que el Gobierno de Pakistán conocía dónde se encontraban Osama Bin Laden y el mulá Omar, jefe del régimen talibán afgano derrocado por EE UU tras los atentados del 11-S y la ocupación de Afganistán.

"Necesitamos cambiar el núcleo de las relaciones con Pakistán", declaró el enviado especial de EE UU para Pakistán y Afganistán, Richard Holbrooke. "La evolución del diálogo estratégico y el hecho de que les proporcionemos asistencia están produciendo un cambio en las actitudes de Pakistán", dijo.

Holbrooke, sin embargo, admitió que en las encuestas no se refleja ese cambio en la opinión pública. Clinton puede volver a ser criticada hoy, lunes, durante la reunión que mantenga en el Ayuntamiento de Islamabad. Su visita, que no se anunció por motivos de seguridad, se desarrolla en medio de estrictas medidas de protección.

La secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, camina acompañada del secretario de Exteriores de Pakistán, Shah Mehmood Qureshi.
La secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, camina acompañada del secretario de Exteriores de Pakistán, Shah Mehmood Qureshi.AP

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