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El sistema de tuberías de La Rábida ha provocado tres vertidos en cinco años

El Gobierno ha obligado a Cepsa a cambiar la canalización, que data de 1967

Al margen del trágico incendio registrado el miércoles -que se saldó con dos operarios fallecidos y otros dos trabajadores ingresados con quemaduras graves- la refinería de La Rábida en Palos de la Frontera ha provocado algunos incidentes medioambientales. En concreto, en el sistema de canalización que conduce el petróleo sin refinar hasta la planta de Cepsa de Huelva. En cinco años, la Subdelegación del Gobierno en Huelva tiene constancia de tres vertidos.

Los tres derrames de crudo en el tubo de conducción por el que se transporta el crudo desde la monoboya hasta las instalaciones de la multinacional, han afectado playas de tanto valor ecológico como las del Parque Nacional de Doñana. Los "accidentes" se produjeron las tres veces en la misma vía marítima, una tubería de 10 kilómetros con posibles problemas de corrosión que no se ha cambiado, salvo algún pequeño tramo, desde su instalación en 1967, cuando se abrió la fábrica de refino de petróleo.

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El primer vertido se produjo en octubre de 2005 y la mancha de hidrocarburo se extendió varios kilómetros hasta alcanzar la playa de La Antilla (Lepe); el segundo tuvo lugar en julio de 2009, afectando directamente unos 14 kilómetros de litoral en el entorno de Doñana; apenas un mes después, otro incidente en la descarga de crudo obligó a la Junta de Andalucía a abrir un expediente complementario para depurar posibles responsabilidades dentro de la empresa.

A pesar de las investigaciones llevadas a cabo por la Junta y de las diligencias incoadas por parte de la fiscalía de Medio Ambiente, los tres casos terminaron con la ausencia de sanciones económicas a la multinacional. Los dos últimos vertidos, producidos el verano pasado, sin embargo, forzaron a la Administración a instar a la empresa a sustituir completamente la canalización que llevaba instalada. El coste ronda los 42 millones de euros.

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El cambio de la tubería se está llevando a cabo "desde hace un tiempo", señalaron ayer fuentes de la empresa, que precisaron que "no fue una obligación legal" sino que "entendimos que era necesario sustituirla". La fiscalía de Medio Ambiente, por su parte, archivó los tres casos al tratarse de pequeñas cantidades de vertido derramadas, con apenas daños a la naturaleza. Sin embargo, aconsejaron a la multinacional sustituir la tubería lo antes posible. "Se les recomendó claramente extremar las medidas de seguridad y la sustitución de la vía porque estaba dando problemas", explicó ayer Alfredo Flores, fiscal de Medio Ambiente de Huelva.

"Los vertidos fueron pequeños, sí, pero las corrientes iban directamente a Doñana y, en una de estas, se puede producir una verdadera catástrofe", agregó. La cantidad de vertido, efectivamente, no fue excesiva (20 metros cúbicos de hidrocarburo en 2005, 120 metros cúbicos de arena contaminada en julio de 2009 y una mancha de 500 metros de largo y 50 de ancho en septiembre).

Es el entorno natural afectado lo que agrava la situación. "Desde siempre ponemos en duda la seguridad de la refinería porque en las tuberías se producen derrames y afectan a una de las reservas de la biosfera más importantes del mundo y uno de los espacio más protegidos. También hay que pensar en los 30 kilómetros de playa protegida y en el sector del turismo y la pesca, que vive del buen estado ecológico de las costas", apuntó ayer Felipe Fuentelsaz, de la organización ecologista WWF. El 30 de julio de 2009 el derrame se originó por una fisura en una tubería que contaminó 14 kilómetros del entorno natural de Doñana -32 según los ecologistas- y afectó tres provincias (Huelva, Sevilla y Cádiz). Desde Cepsa se emitió un informe en el que se achacaba aquel accidente a que un "agente externo" golpeó la conducción.

Los siniestros

- Octubre de 2005. Se produjo un vertido mientras un buque descargaba crudo en la monoboya que conduce el petróleo hasta la refinería de Cepsa.

La mancha de hidrocarburo se extendió varios kilómetros hasta alcanzar la playa de La Antilla (Lepe).

- Julio de 2009. Un segundo vertido afectó a unos 14 kilómetros de litoral en el entorno de Doñana. La empresa achacó el accidente al impacto de un "agente externo" contra la tubería.

- Septiembre de 2009. Se produce otro vertido desde el mismo tubo conductor. La mancha, de pequeñas dimensiones, no tocó la costa en este caso.

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