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Barak replica a Netanyahu sobre el asalto a la flotilla

Enric González

El ministro de Defensa israelí, el laborista Ehud Barak, asumió ayer "toda la responsabilidad" por el asalto militar a la flotilla que viajaba hacia Gaza. La víspera, el primer ministro Benjamín Netanyahu le había señalado como el hombre encargado de la operación. Cuando le tocó el turno de ser interrogado ante la Comisión Turkel, el panel que investiga el violento asalto por encargo del propio Gobierno de Israel, Barak no escurrió el bulto. Pero contradijo todo lo que pudo la versión de Netanyahu y, como él, acabó atribuyendo a los militares el discutible mérito de un abordaje que se saldó con la muerte de nueve activistas.

Los dirigentes israelíes deberían sentirse como en casa ante un comité investigador a cuyos miembros, incluyendo los observadores internacionales, eligieron personalmente. Tras solo dos jornadas de interrogatorios, emerge sin embargo una peculiar tensión. Y se dibuja el perfil de un Gobierno que prefiere no tomar decisiones y que solo las toma cuando se puede culpar a otros de sus consecuencias.

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Consecuencias

Netanyahu había dicho ante la comisión que el Gobierno, o mejor dicho su núcleo, el llamado "grupo de los siete", solo había debatido las posibles consecuencias que un asalto tendría en la imagen internacional de Israel, y que fueron Barak y el Ejército quienes decidieron. Barak, en cambio, afirmó que "los siete", Netanyahu incluido, recibieron del Ejército y de los servicios de espionaje un amplio abanico de opciones, desde las más suaves hasta las más violentas. La decisión de interceptar los barcos para que no rompieran el bloqueo y alcanzaran Gaza fue, declaró Barak, "adoptada reflexivamente por un grupo de ministros".

Netanyahu se había mostrado el lunes dubitativo y escurridizo. Barak optó por una actitud distinta: el lunes por la noche, la víspera de su interrogatorio, envió a la comisión una ingente cantidad de documentos, para que los investigadores, de edad muy avanzada en su mayoría, no pudieran dormir demasiado; ya en la sala, monopolizó el uso de la palabra y apenas permitió que sus presuntos interrogadores, visiblemente molestos, pudieran intercalar alguna pregunta.

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Pero el ministro de Defensa, como Netanyahu, indicó que en último extremo las explicaciones correspondían al Ejército: "Los políticos determinamos qué había que hacer; el Ejército decidió cómo llevó a cabo la operación".

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