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El jefe militar israelí pidió un arreglo político para la flotilla

Enric González

El teniente general Gabi Ashkenazi, jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, compareció ayer ante la comisión que investiga el violento asalto a la flotilla de Gaza. Ashkenazi había sido señalado por el primer ministro y el ministro de Defensa como responsable directo de una operación que causó la muerte a nueve activistas turcos, y reconoció que había cometido errores en la planificación. Pero también señaló a otros culpables, como los servicios de espionaje, que no proporcionaron información correcta sobre la situación a bordo del buque turco Mavi Mármara. Y demostró que había advertido al Gobierno de que un abordaje en alta mar podía causar víctimas

Ashkenazi entregó a la comisión (creada por el propio Gobierno israelí) la copia de una carta que envió al primer ministro, Benjamín Netanyahu, antes de que la flotilla zarpara de Chipre. En la carta, el teniente general rogaba que se consiguiera algún tipo de solución política porque la solución militar tenía muchas probabilidades de resultar violenta.

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Lo correcto, en el caos

Según Ashkenazi, sus soldados hicieron lo correcto en una situación "caótica". "El principal error", dijo, "consistió en creer que había solo 10 o 15 personas en cubierta

[del Mavi Mármara] y que podríamos lanzar unas granadas no letales, despejar el espacio y hacer descender a los soldados por la cuerda. Deberíamos haber utilizado tiradores de precisión para neutralizar a quienes trataban de obstaculizar a nuestros soldados". Añadió que si se producía en el futuro una situación similar, el Ejército apostaría francotiradores.

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El máximo jefe militar explicó también que los servicios de inteligencia no investigaron quién iba a bordo del Mavi Mármara porque la organización que financiaba la mayor parte de la expedición, la ONG turca IHH, "no era considerada terrorista y procedía de un país amigo como Turquía". Los soldados que asaltaron la nave esperaban resistencia, declaró, pero no violencia.

Como Netanyahu y el ministro de Defensa, Ehud Barak, en sus comparecencias del lunes y el martes, Ashkenazi aseguró que mantener el bloqueo naval sobre Gaza resultaba "fundamental" para la seguridad de Israel: "Si se abriera el puerto de Gaza, entrarían armas de países que apoyan el terrorismo, fundamentalmente Irán".

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