EE UU pide más pruebas antes de sellar el pozo del vertido
Obama se baña en una playa de Florida para apoyar el turismo local
Con la intención de demostrar que las labores de limpieza del vertido de crudo en el golfo de México han dado sus resultados, el presidente estadounidense, Barack Obama, se dio un baño el sábado en la playa de Panama City Beach, en Florida, con su hija menor, Sasha.
La familia del presidente de Estados Unidos (sin su hija mayor, Malia, que está de campamento) pasó 27 horas de asueto en la zona como muestra de apoyo al turismo local. El punto en que Obama se bañó está, sin embargo, a 398 kilómetros de la costa frente a la que se hundió la plataforma de BP el pasado mes de abril.
Según sus propias estimaciones, BP debería haber sellado el pozo definitivamente, a través de un conducto paralelo al de la fuga, este mismo fin de semana. Sin embargo, el Gobierno norteamericano se lo ha prohibido temporalmente. La Casa Blanca ha exigido a la petrolera un informe pormenorizado sobre qué complicaciones pueden surgir después del sellado del pozo con lodos pesados y cemento.
El pasado 15 de julio, la petrolera pudo tapar el pozo activando un sistema de válvulas de sellado. Sin embargo, una cantidad de crudo equivalente a 1.000 barriles sigue acumulada en el conducto. El Gobierno quiere evitar que acabe filtrándose al agua aun después del cierre definitivo.
Según estimaciones del Gobierno, el accidente que provocó 11 muertos, causó también el vertido de 4,9 millones de barriles de crudo al océano. Washington podría dar luz verde a BP el martes, a falta de esos informes en los que ya trabaja la petrolera. Desde ese momento, el pozo puede quedar sellado de forma definitiva en 96 horas.
En principio, Obama dijo que su baño iba a ser privado. La última vez que se zambulló, en Hawai, su foto, sin camiseta, fue portada de decenas de diarios y revistas. Los reporteros le dijeron, al conversar con él y su esposa, que eso podía ser algo positivo, dada su buena forma física. "No, no lo es", bromeó Michelle Obama. Finalmente, la Casa Blanca permitió a los fotógrafos acercarse a la playa, confiando en que las imágenes impulsen el turismo local.
