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El presidente llega al local camuflado en una furgoneta

Unas 150 personas, de cuatro colectivos diferentes (bomberos, trabajadores del bar de la estación de autobuses de Alicante, colectivo Endavant de la Marina Alta, En Dfensa de la Llengua y de la plataforma En Moviment) recibieron anoche a los consejeros del gobierno valenciano a gritos de "corruptos, corruptos, Camps dimisión". Los protestantes gritaban "esos chorizos que paguen lo que han hecho" o "esta cena la pagan los bomberos".

El presidente de la Generalitat, Francisco Camps se vio obligado dejar el coche oficial antes de llegar al restaurante y subio a una furgoneta en la que también viajaba la alcaldesa de Valencia, Rita Barbera, para pasar más desapercibidos. De todas formas, los flases de las cámaras de los fotógrafos les delataron, y no se libraron de una sonora pitada. Los coches oficiales llegaron vacíos.

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Una treintena de bomberos se concentraron en la puerta del restaurante con camisetas en las que se leía "Yo cumplo, Camps no, Ripoll no". Eran mayoritariamente delegados de los sindicatos CGT y de la Intersindical.

El ambiente se fue caldeando con la llegada de representantes de otros colectivos como En Moviment, que bajo el lema Que ens tornen els diners pretendían entregar a Camps un trofeo por ser líder en "corrupción, paro y despilfarro". Este colectivo gritaba "T'estime un ou, vull un tratge nou"

La protesta se desarrolló sin incidentes. Otro momento de griterío y abucheos se vivió cuando entraron, a pie, tanto el consejero de Educación Alejandro Font de Mora como Rafael Blasco, consejero de Solidaridad, que fueron recibidos al grito de "corrupto, corrupto el que no vote".

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