"Llevamos dos años secuestrados"

"Llevamos dos años secuestrados, no puede ser". Miguel Ángel Pérez, veterano militante socialista de Móstoles, se enteró ayer por teléfono de que el próximo 3 de octubre podrá volver a votar. "Siento una alegría inmensa", comenta este prejubilado de la banca. Es partidario de Trinidad Jiménez, como el centenar de firmantes de un manifiesto que pedía poder participar en las primarias. Entre ellos, Rafa Antiza (60), que ayer puso un pero a la decisión de la comisión de ética: "Deberían haberlo hecho antes y de oficio".

"El tema de la agrupación de Móstoles es complicado pero deberíamos ver por qué no han actuado antes", concede el concejal Roberto Rey (66), con casi 40 años de militancia en el municipio. "Elegir a un presidente es lo suficientemente importante para no restringir el derecho a nadie", añade.

"No participar me parecía como un fraude", comenta Sergio Gil, economista de 32 años, que casi había perdido la esperanza. Verónica Díaz (31) ocupa uno de los 28 cargos públicos de Móstoles con derecho a voto (entre ediles, diputados y vocales vecinos). Ella habría podido participar en las primarias de todas formas, pero se alegra por la gente que "ha seguido trabajando desde aquí todo este tiempo y ahora recupera el derecho a decidir".

El militante David Muñoz, estudiantes de oposiciones de 25 años, se siente ganador con las últimas noticias. "Es muy cantoso que la segunda ciudad más importante de Madrid no tenga partido socialista", protestaba ayer. El abogado Nicolás Barrera (28) incide en lo mismo: "Necesitamos un cambio de Gobierno y hay que pelearlo desde aquí".

"Estamos indignados, sobre todo la gente joven", añade Noelia Posse, concejal del municipio y militante de 31 años. La indignación le duraba ayer por la reacción del entorno de Tomás Gómez a la decisión del comité de garantías, que tildan de "pucherazo". "Hemos estado condenados al ostracismo, dos años es mucho tiempo", concluye Posse.