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Análisis:MUNDIAL 2010 | Serbia-España
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Se acabó (por ahora)

Seis años después, España queda fuera de las semifinales de un gran torneo. La primera reflexión tiene que ver precisamente con eso, con los maravillosos años que este equipo nos ha regalado, plenos de grandes partidos, triunfos apretados y otros incuestionables y, con ello, la sensación de que, pasara lo que pasase, siempre íbamos a encontrar la forma de que la balanza se decantase a nuestro favor. Pero nada es eterno y menos en el deporte. De la forma más cruel posible, con un triple de más de ocho metros de un jugador que llevaba uno de siete, a España se le cerraron las puertas. Que haya sido Serbia la encargada de arruinar nuestras expectativas no resulta casual. Apuntó en 2009 con su recuperación en el Europeo y confirma con esta victoria que ha vuelto y que, viendo su media de edad y su enorme caudal de talento, lo ha hecho para quedarse unos cuantos años.

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La puntilla fue de lo más dolorosa, pero si alguien dominó el partido fue el conjunto serbio. Desde su fulgurante salida, hizo jugar al español con la lengua fuera, metido en problemas de todo tipo, y obligándole a un esfuerzo psicológico y físico tremendo. Primero fue Velickovic el que puso en entredicho nuestra solidez en la posición de cuatro. Luego, Sinanovic y Keselj martillearon desde fuera y echamos de menos un tres alto con entidad. En la aportación de los bases salimos perdiendo y tampoco debajo del aro se sacó mucho provecho, inferiores en centímetros y kilos. Si alguien abrió el campo, fue Serbia. Demasiadas desventajas para un partido grande.

Aun así, España, echándole más casta que buen juego y a pesar de contar con varios jugadores importantes muy desenfocados (Ricky y Marc salen tocados en su prestigio), llegó al final vivita y coleando y el partido se jugó en dos o tres decisiones. La entrada precipitada de Navarro buscando la falta; elegir que fuesen los serbios los que tuviesen la última palabra en vez de ser dueños de nuestro destino, incluso con la desventaja de que hubiesen metido los tiros libres, y esa extraña y difícil de entender última jugada, con Navarro sacando de banda, unido al enorme acierto de Teodosic firmaron la sentencia. Sobre cualquiera de ellas (y alguna más, como la persistencia en la defensa zonal) se podría debatir hasta quedarse ronco, pero si fue una derrota por KO también lo habría sido a los puntos.

Fuera de este Mundial, nada hace suponer que estemos ante un cambio de ciclo. Hemos venido sin Pau ni Calderón. Seguro que con uno solo de ellos habría bastado para vivir una historia diferente. La media de edad anda alrededor de los 26 años y al menos hasta los Juegos de Londres 2012 no existen motivos de alarma. Pero esto no deja de ser un consuelo poco efectivo. La barrera del éxito estaba cifrada en las semifinales. No alcanzarlas apunta hacia una justificada decepción, más si cabe cuando hay que remontarse tan atrás para recordar otro revés parecido. Habrá críticas para casi todos, lo mismo que en los buenos momentos no se ahorraron los parabienes. Pero que a nadie se le ocurra un entierro antes de tiempo. Sería tan injusto como prematuro.

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