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Reportaje:

"Iban a fundir el Cristo para hacer balas"

La hija del condenado por derribar la estatua religiosa del Tibidabo en 1936 pensó por error durante 70 años que un vecino había delatado a su padre

Camilo S. Baquero

"Siempre pensamos que el chivato había sido Rivaldo, un guarda forestal vecino nuestro en Vallvidrera. Pero no. Fue un tal Juan Carnicero". Rosa Gibernet Pahisa, de 91 años, supo ayer la verdad de un asunto que atormentó a la familia durante más de 70 años: quién había delatado a su padre, Julià Gibernet, condenado a 15 años de cárcel -de los que cumplió cuatro- tras la Guerra Civil por derribar la estatua del Sagrado Corazón del Tibidabo en julio de 1936.

La respuesta estaba en el expediente del juicio sumarísimo que el franquismo celebró tras la contienda. El caso (véase EL PAÍS de ayer) es uno de los 100.000 cuya documentación, que reposa en el archivo de lo que fue la sede del Gobierno Militar en Barcelona, se ha sistematizado por un proyecto del Departamento de Interior de la Generalitat, el Archivo Nacional de Cataluña y el Ejército.

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15 años de cárcel por derribar el Cristo del Tibidabo

"Durante el juicio, mi padre dijo que si decir que era catalanista era delito, entonces él era catalanista. Ese fue su pecado", recuerda Rosa, sin mucho esfuerzo, sentada en la sala del piso de su hija, en el Eixample. La acompañan también su nieto, su bisnieto y una tortuga que nada torpemente en una pecera.

Mientras habla, sostiene una de las muchas fotos que pueblan la biblioteca familiar. En ella se ve a su padre, montado en el caballo que le servía de transporte para vigilar la Vallvidrera de los años treinta. "Querían fundir el Cristo para hacer balas con el metal", recuerda la mujer.

"Mi padre no era muy religioso, pero hacíamos el pesebre", cuenta Rosa, que fue madre soltera y desde muy joven trabajó en el hotel Palace, donde se encargaba de la limpieza. De hecho, recuerda mientras se toca el pelo cano y se le pierde la mirada al infinito, su padre lo pasó "muy mal" por ese motivo los cuatro años que estuvo en la cárcel Modelo. "Los amigos lo empujaban para que se arrodillara en misa y no le castigaran después", explica. En la masía de la montaña, la familia sobrevivió gracias a los pocos ahorros y al silencio que impuso el franquismo.

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La memoria se le vuelve más cenagosa a la hora de recordar si su padre pertenecía a Esquerra Republicana, aunque dice que un día la llevó a que conociera a Francesc Macià. Niega que fuera anarquista. Rosa y su hija tratan de hacer memoria para pensar qué otros vecinos de la montaña pudieron formar parte del grupo que derribó el Cristo del Tibidabo. No les vienen nombres a la cabeza. "En Vallvidrera había pocas personas de izquierdas, había mucha gente de derechas. Y ahora todos votan a Convergència", explica Rosa

Después de los cuatro años de prisión, Gibernet no volvió a hablar de política y se empleó como guardabosques, un buen trabajo teniendo en cuenta que en su certificado de penales figuraban cuatro años de cárcel por auxilio a la rebelión. Y murió aún bajo el régimen, el 21 de marzo de 1969.

¿Por qué creían que el chivato era Rivaldo? Rosa se vuelve a perder en su memoria. "Un día mi padre se rió de él porque se hizo daño con una trampa en el bosque. Y Rivaldo le dijo que se vengaría de una manera que nunca lo olvidaría", zanja.

La familia Gibernet Pahisa (Rosa y Julià, con la niña) caminando por la Plaza Cataluña, en una foto sin fecha.
La familia Gibernet Pahisa (Rosa y Julià, con la niña) caminando por la Plaza Cataluña, en una foto sin fecha.ARCHIVO FAMILIAR

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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