Revuelta de padres en Dénia
El inicio de curso en el instituto número 3 de Dénia es conflictivo desde hace años por la falta de plazas y éste no ha sido la excepción. La asociación de padres de alumnos (Ampa) amenazó ayer con impedir a sus hijos entrar en clase si no se autoriza un segundo grupo de valenciano, que fue suprimido en junio por la Consejería de Educación. Recortes similares han tenido lugar en otras comarcas, pero en este instituto el tijeretazo lleva aparejado otra particularidad: desde su creación hace cuatro años, está compuesto íntegramente por aulas prefabricadas, y los 40 alumnos (que deberían conformar dos grupos) estaban obligados a recibir clase en un módulo de 40 metros.
Ante la indignación de los padres y el revuelo causado en el municipio, la consejería dio ayer mismo su brazo a torcer y anunció que dará luz verde a la creación de un segundo grupo de valenciano, con dos profesores más. La solución llega tras una queja al Síndic de Greugues, que dio la razón al Ampa. Con este parche, los alumnos tendrán ahora algunos metros más para estudiar. Pero, el grado de improvisación de la consejería ha trastocado ya la vuelta a clase en este centro. Ayer, a toda prisa, el equipo directivo rehacía los horarios.
"Yo no sé en qué país vivimos. La Administración se dedica sólo a obras faraónicas, y no a resolver las verdaderas necesidades de los ciudadanos", criticó la portavoz del Ampa, Lina García. "Hemos aguantado en barracones mucho tiempo, pero no podemos más", sentenció. Tras la revuelta, los padres se reunieron con la alcaldesa de Dénia, la popular Ana Kringe, para que ésta presione a Educación para acelerar los trámites de la nueva construcción. García le recordó su "promesa" de apoyar una protesta en Valencia, si se alarga la situación.
