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Francia congela gastos y anula incentivos fiscales

Antonio Jiménez Barca

Francia aplicará en el año 2011 un presupuesto austero, encaminado a recortar gastos y a atajar el déficit público, que este año escalará hasta el 7,7% del PIB francés. El ministro del Presupuesto, François Baroin, que presentó ayer las cuentas, asegura en una entrevista al diario Le Monde que el ejercicio del año que viene será histórico en Francia: "Vamos a romper la tradición que ha hecho de nuestro país el campeón de Europa del gasto público".

A base de congelar gastos, de proseguir con su política de contratar solo un funcionario de cada dos que se jubilan y de anular deducciones fiscales, el Gobierno francés confía en que el déficit público baje el año que viene a un 6%, que en 2012 descienda aún más, hasta instalarse en el 3% y que en 2013 alcance el 2%. La ministra de Economía, Crhistine Lagarde, calcula que el ritmo de crecimiento de la economía francesa, en los próximos años, oscilará siempre entre el 2% y el 2,5%

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Gracias a la anulación de un gran ramillete de deducciones fiscales (que afectarán, en un 40% a las familias y en el 60% restante, a empresas) entre las que se cuenta, por ejemplo, la eliminación de las deducciones por invertir en fondos privados de pensiones, el Gobierno francés calcula ingresar 10.000 millones de euros en 2011.

El "escudo fiscal"

La oposición ha acusado al Gobierno, con esta medida, de arbitrar una subida de impuestos encubierta, contraviniendo la máxima del presidente de la República, Nicolas Sarkozy, de no incrementar la presión fiscal. En la citada entrevista, Baroin, de 44 años, figura emergente de la política francesa, cuyo nombre suena para sustituir al actual primer ministro, François Fillon, mantiene que las deducciones fiscales "no tienen nada que ver con una medida como subir el IVA o el impuesto de la Renta".

El denominado "escudo fiscal", una de las medidas que tomó Sarkozy al iniciar su mandato, que prohíbe por ley que una persona pague al fisco más de la mitad de lo que ingresa, que beneficia sobre todo a los más ricos y que ha sido muy criticada por la izquierda, sigue intacto.

La oposición asegura que este presupuesto no mejorará la economía francesa. Para Martine Aubry, primera secretaria del Partido Socialista francés (PS), constituye, simplemente "un verdadero plan de rigor" que va a afectar "sobre todo a las clases medias y no a los que de verdad tienen dinero". En su opinión, Francia necesita unas cuentas que "reduzcan el déficit" sin ahogar la recuperación económica.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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