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Reportaje:SIN COCHE | Anchuelo

El pueblo de los tahúres

Mus, póquer, 'jiley'... sus habitantes son famosos por su habilidad con los naipes

Juan Diego Quesada

En Anchuelo gusta mucho el juego. Es un pueblo de tahúres. Cualquiera puede pasar de largo, seguir alegremente su camino, pero si se detiene en esta villa, enclavada en la comarca de Alcalá, corre el peligro de acabar desplumado.

En un lugar con poco más de 1.000 habitantes, algunas tardes coinciden timbas de póquer, de hasta 40 participantes, con las partidas de mus de toda la vida. "Los naipes nos vuelven locos aquí", coinciden varios jubilados, de los de boina y bastón, a la sombra de un árbol. "Han nacido en Anchuelo grandes jugadores de cartas, de los más hábiles que se han visto. De un vistazo algunos saben qué mano lleva cada uno". Aparentemente, sin trampa ni cartón.

El lugar canalla donde se juegan las perras los vecinos de Anchuelo y otros paisanos venidos de sitios cercanos se llama Venegrán copas. Fachada de rojo vino, futbolín y dardos en el interior. Lo regenta un chaval joven y atlético, Roberto, encargado de organizar las timbas. "Nos juntábamos una docena de amigos al principio, por aburrimiento, y de repente uno trajo un día fichas y nos liamos con el póquer. Si no tiene partido el Real Madrid los domingos, es ley hacer un campeonato. Llegamos a ser en ocasiones más de 40 jugadores", cuenta mientras enseña su local. No se mueven grandes sumas de dinero en estas mesas: el enganche apenas cuesta cinco euros.

Algunas tardes coinciden timbas con más de 40 jugadores
"Aquí muchos somos jóvenes, y algo tenemos que hacer", dice Roberto

Mucha gente busca el porqué de esta afición a los naipes. "En invierno hace frío en la calle. En este pueblo a diferencia de otros, muchos somos jóvenes y por aburrimiento algo tenemos que hacer, ¿no?", interviene su novia Patricia. En ocasiones, cuentan, se disputan al mismo tiempo tres y hasta cuatro timbas, en bares, peñas o casas particulares. Los jugadores habilidosos de la comarca peregrinan hasta Anchuelo en busca de emociones fuertes. Dominar el juego es un arte y por aquí muchos parecen conocer el secreto.

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Realmente poca gente sitúa en el mapa Anchuelo. Ni siquiera muchos habitantes de Alcalá de Henares, que está a tan solo 12 kilómetros. Es frecuente que los que van a trabajar y a estudiar hasta allí tengan que explicar dónde está su pueblo. En el mundo taurino se sabía que las mulas que arrastraban a los animales muertos en Las Ventas procedían de ahí, pero el empresario que lo gestionaba falleció hace tres años. También se dio a conocer porque los de un pueblo cercano les acusaron de plagiar el belén viviente las pasadas navidades. Pero donde realmente saben de sobra de qué estamos hablando es en los campeonatos de mus de Guadalajara. Es raro que no haya en sus finales alguna pareja local. Provocan pánico en sus rivales.

¿Quiénes son los mejores en Anchuelo jugando al mus? La pregunta genera debates en los bares, pero al final todos acaban hablando de los mismos: Andrés Hermira y su cuñado Santiago Herraiz, o Fidel Saz y Manolo Anchuelo, este último con la gloria de llevar el nombre de su pueblo a cuestas. Hay algo de leyenda en muchas de las anécdotas que cuentan sobre ellos. Lo que nadie olvida es la envidia que sintieron muchos cuando hace años uno ganó un viaje a Mallorca. En este lugar frío pero de gente con las manos calientes, aquello se veía como un destino exótico, inalcanzable.

Las glorias del mus permanecen este mediodía caluroso trabajando. Caminando por una larga vereda de tierra van apareciendo camiones con el nombre de Fidel Saz, un próspero empresario de 57 años. Dos veces vencedor del campeonato provincial de mus de Guadalajara. En el interior de una nave donde se calibra la cebada para que sirva para hacer cerveza o vaya destinada finalmente al pienso, Saz explica el carácter de la gente de su pueblo: "Somos muy vividores. Allá donde haya una fiesta habrá uno de Anchuelo. Nos gusta vivir la vida. Los jóvenes se han quedado, se vive de maravilla. Pero que quede claro que cuando hay que currar, también somos los primeros". Él es uno de esos tipos que con solo echar un vistazo sabe las cartas que cada uno lleva. Dice que es instinto. Aunque se queja de que últimamente se ha perdido lealtad en el juego. "Ahora hay muchas trampas. Se ha perdido mucha nobleza. Ahora no te fías de nadie en ninguna mesa, todo el mundo baraja varias veces". Saz se ha propuesto que las mulas de Las Ventas tengan de nuevo el ADN de Anchuelo. "Es nuestro sitio. Sería un honor para nosotros volver a recuperar esa tradición", dice.

A la hora de irse es mejor palparse los bolsillos. Uno ha podido marcharse de Anchuelo con una mano adelante y otra atrás. Feliz por el vino y la buena comida pero sin hacienda ni caballo.

Un grupo de amigos juega a las cartas en Anchuelo, un pueblo de la comarca de Alcalá donde se juega mucho al póquer y al mus.
Un grupo de amigos juega a las cartas en Anchuelo, un pueblo de la comarca de Alcalá donde se juega mucho al póquer y al mus.CLAUDIO ÁLVAREZ

El secreto

- Situado en la comarca de Alcalá, el municipio celebra sus fiestas principales, las de San Pedro Martir, del 28 de abril al 2 de mayo. Tienen fama de ser unas de las mejores de la zona.

- La línea de autobús 279, que sale de la estación de Méndez Álvaro, tarda 70 minutos en llegar hasta Anchuelo. El billete cuesta 2,70 euros. Sale a las 15.00 de lunes a viernes.

- Hay un conocido refrán: "Como el secreto de Anchuelo, que lo oyó todo el pueblo".

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Sobre la firma

Juan Diego Quesada
Es el corresponsal de Colombia, Venezuela y la región andina. Fue miembro fundador de EL PAÍS América en 2013, en la sede de México. Después pasó por la sección de Internacional, donde fue enviado especial a Irak, Filipinas y los Balcanes. Más tarde escribió reportajes en Madrid, ciudad desde la que cubrió la pandemia de covid-19.

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