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35 años del Rey y 30 meses de Corbacho

Cuando se le preguntó a Zapatero si se encontraba en la recepción el futuro, o futura, titular de Trabajo, el presidente levantó la cabeza, fingió buscar entre los 800 invitados que abarrotaban los salones del Palacio Real y contestó: "No lo sé". También echó balones fuera ante la pregunta de si sustituirá esta semana al flamante número tres de la candidatura socialista a las elecciones catalanas del 28 de noviembre, aunque fue él mismo quien hace pocas semanas le puso fecha al relevo: después del Puente del Pilar. Lo seguro es que la de ayer fue la última recepción de la Fiesta Nacional a la que acudía Celestino Corbacho con el cargo que ocupa desde hace 30 meses y ya se le veía tan relajado como un ex. Entre los invitados, la lista de ex era interminable. Algunos recientes, como Pedro Solbes, y otros ya históricos, como Miguel Boyer. El único contemporáneo a todos ellos, desde su actual cargo, era precisamente el anfitrión. Con el parte médico que certifica su total recuperación de la intervención quirúrgica que sufrió en mayo y tras una mañana agotadora de honores militares y besamanos, el Rey echaba cuentas de que el próximo 22 de noviembre cumplirá 35 años de reinado. Muchos años. Incluso para los reyes, que no miden su tiempo en crisis de Gobierno ni en legislaturas, sino en generaciones. El aniversario, según fuentes de la Casa del Rey, se celebrará en familia, sin alharacas, para las que no está la situación económica del país.

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"¿Qué le gritamos? ¿ZP, hijo de...?"

No es seguro que en el Palacio Real estuviera ayer el sustituto de Corbacho y ni siquiera puede garantizarse que asistera a la recepción el sucesor de Zapatero -por más que Rajoy se atribuya ese papel- pero no lejos de don Juan Carlos se encontraba el Príncipe de Asturias, acompañado por doña Letizia, quien se desenvuelve con creciente soltura en este tipo de actos. Aunque don Felipe asume cada vez más responsabilidades, hay algunas que se sigue reservando don Juan Carlos. Como las siempre delicadas relaciones con Marruecos, cuyo rey y sobrino, Mohamed VI, le envió ayer un efusivo telegrama de felicitación. Ya solo falta que ambos encuentren una fecha para reunirse y dar por superada la penúltima crisis entre los dos vecinos.

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