"No digas nada, pueden decir que es irregular no notificar a los licitadores"
La falta de cuidado que exhibieron los protagonistas del caso en la tramitación de los concursos la extremaron meses después cuando se enteraron de que la policía les seguía los pasos. Una vez supieron de la investigación abierta por la fiscalía, a raíz de la denuncia presentada por el anterior director general de Patrimonio, Felipe Arias, los cerebros de la trama intentaron pactar un discurso único ante los agentes. El sumario recopila decenas de conversaciones pinchadas por la policía que así lo atestiguan. Como la que mantuvieron el 24 de septiembre de 2009, a las 13.43 horas el arquitecto del Xacobeo, José Manuel Pichel Pichel, y Olga Quintela López, representante de la firma CBC, ambos imputados por el juez.
En esa charla, según recoge el informe policial, Quintela contacta con Pichel, "al que le comenta que la llamó la policía para requerirle documentación y que se está llevando a cabo una investigación por unas presuntas irregularidades". Pichel le aconseja que no colabore con los agentes y que oculte el hecho de que en los procedimientos negociados el Xacobeo olvidaba invitar a tres empresas distintas como es preceptivo. Por eso Pichel contesta: "Del 2008 tú tienes alguna también [...] sabes que se van a meter, por ejemplo, en que nosotros no hemos comunicado que se nos pase el presupuesto".
La representante de CBC alega que a ella sí se le pidió, aunque no por escrito. Y Pichel responde: "Entonces de eso no comentes nada, porque nos pueden decir que lo irregular es que no notifiquemos por escrito [...] Es una tontería, se pidieron verbalmente, claro, el caso es si se pregunta a los otros licitadores". Por último, Pichel añade: "Bueno, a lo que yo te diga, nosotros somos una sociedad pública y no tenemos los mismos requisitos que la Admnistración, la cuestión es si van a uno de los licitadores de los que Carlos traía los papeles, pues a ver, ¿me entiendes?".
"Entusiasta de las obras"
Cuando fue interpelado por la policía, Pichel explicó que él mismo había delegado "involuntariamente" en Gómez-Gil -sin ninguna función en el Xacobeo- para este tipo de trámites y que lo hizo sin que lo supiesen sus jefes en el ente público. Los agentes escriben en sus conclusiones que a Pichel "le queda la duda de si esa delegación cumplió con los trámites legales".
La policía se quedó estupefacta con otra respuesta suya. Cuando le preguntó por la participación de Gómez-Gil en las adjudicaciones del Xacobeo, Pichel aseguró que éste era un "entusiasta de las obras que quería sacar adelante cuantas más mejor".
