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La protesta social en Francia

Los sindicatos redoblan el combate y llaman a otras dos jornadas de huelga

El Gobierno asegura que todas las gasolineras tendrán carburante en tres días

Antonio Jiménez Barca

El Gobierno de Nicolas Sarkozy ha recurrido a una estratagema legal -la votación en bloque de enmiendas- para acelerar el debate en el Senado del polémico proyecto de ley que retrasará la jubilación de los franceses, detonante de la protesta que vive Francia -y de su escasez de combustible, consecuencia de la huelga- desde hace más de 10 días. Todo apunta a que se votará hoy. Sin embargo, esto no aplacará a los sindicatos, que ayer, reunidos en París y espoleados por el éxito de la jornada de protesta del pasado martes, en la que, según sus cálculos, sacaron más de 3,5 millones de personas a la calle, han convocado dos jornadas de protesta más apelando a los franceses a manifestarse en la calle y mantener el movimiento vivo. Una de ellas se ha fijado para el jueves 28 de octubre, fecha en que la ley será examinada por una comisión casi de trámite interparlamentaria Congreso-Senado. La táctica de los sindicatos, pues, está clara: torpedear, más allá de la votación en el Senado, cada etapa legislativa que remonta la ley. La segunda jornada se ha fechado para el sábado 6 de noviembre, antes de que la ley sea promulgada.

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Mientras, Nicolas Sarkozy, en un intento de mostrar que no se deja intimidar por las presiones sindicales o callejeras, mantuvo ayer su agenda política y visitó la pequeña localidad de Bonneval, al oeste de París, donde participó en una mesa redonda sobre el mundo rural. Ahora bien, se preocupó de insistir en que la reforma de las pensiones seguirá adelante y luego se refirió a los sindicalistas que bloquean depósitos de combustible: "Debemos ser el único país del mundo en el que, cuando hay una reforma, una minoría quiere paralizar a los otros. Eso no es posible, eso no es la democracia". El Gobierno considera que la escasez de combustible remite. A pesar de ello, las 12 refinerías siguen en huelga y seguirán, seguramente, hasta el próximo 28 de octubre. El ministro de Medio Ambiente, Jean-Louis Borloo, aseguró ayer que el número de gasolineras cerradas en Francia por falta de carburante llegaba a 2.790, algo menos que las 3.200 del miércoles.

A esto, según Borloo, ha contribuido la acción de la policía, que desbloqueó en la madrugada de ayer otros siete depósitos de combustible. "De los 93 depósitos importantes, ya solo hay 14 bloqueados, de los cuales 12 están en las refinerías", precisó Borloo. Por su parte, los estudiantes, aún involucrados en el movimiento, se manifestaron ayer en varias ciudades francesas.

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El pulso, pues, continúa. Las vacaciones de Todos los Santos, que empiezan hoy por la tarde, benefician, en teoría, al Gobierno: los estudiantes de instituto regresan a casa y las fechas pueden relajar algo el movimiento. Siempre y cuando la gasolina vuelva a las estaciones de servicio. El primer ministro, François Fillon, ha asegurado que el carburante fluirá normalmente dentro de cuatro o cinco días. Las empresas distribuidoras calculan que el martes se encontrará gasolina en cualquier sitio. Pero los sindicatos recuerdan, simplemente, que las refinerías siguen en sus manos.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, habla a los trabajadores de una empresa alimentaria en Bonneval.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, habla a los trabajadores de una empresa alimentaria en Bonneval.AFP

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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