Último adiós al editor tenaz, al curioso y al amigo
La cultura, la política, la empresa y el periodismo visitaron la capilla ardiente
"Pancho era", dijo desde Nueva York Mario Vargas Llosa, "un editor tenaz de autores latinoamericanos, una curiosidad incansable por todo, y un buen amigo". El último premio Nobel de Literatura hablaba cuando acababa de abrirse al público en la sede madrileña de la Fundación Santillana la capilla ardiente con los restos del cofundador (con Jesús Polanco) de la editorial Santillana.
Junto a la familia de Pancho Pérez González, de su pareja, Rosa Bernal, y de sus amigos, estuvieron Ignacio Polanco, presidente del Grupo Prisa; su consejero delegado, Juan Luis Cebrián, y Javier Moreno, director de EL PAÍS, así como numerosos directivos del grupo. Durante toda la tarde pasaron por la capilla ardiente numerosas personalidades del mundo político, cultural y empresarial. Tampoco el ex presidente de Colombia, Belisario Betancur, presidente de la Fundación Santillana para Iberoamérica y amigo del finado, faltó a la cita. Otras personalidades presentes fueron Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid; Florentino Pérez, presidente del Real Madrid; Ana Pastor, de la ejecutiva del Partido Popular, Miguel Ángel Cortés, Gabriel Elorriaga, Guillermo de la Dehesa y el presidente de Santillana Emiliano Martínez.
