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La morosidad puede llevar a pérdidas a la banca española

Moody's cree que el sector deberá elevar las provisiones

Íñigo de Barrón

La mejor manera de convencer a una entidad de que debe fusionarse es que vea que va a entrar en pérdidas. Esta es una máxima admitida en el sistema financiero y que utilizó el propio Banco de España para convencer a las cajas de ahorros más remisas de que debían protagonizar fusiones frías.

En diferentes foros del sector financiero se considera inevitable que los créditos morosos sigan exigiendo más y más provisiones. En algunas entidades, esta situación llegará hasta el punto de que los beneficios no sean suficientes para cubrir las provisiones y lleguen las pérdidas.

Esto es lo que aseguró ayer la agencia de calificación Moody's, que vaticina que esta situación afectará a la capacidad de las entidades de generar capital, lo que tirará a la baja su rentabilidad y no descarta que alguna "pueda resultar en pérdidas netas", según el último informe de octubre. Una vez llegado este momento, directivos de bancos y cajas esperan que se inicie una segunda vuelta en las fusiones. La novedad será que puede llegar el mestizaje entre cajas y bancos.

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La agencia de calificación considera que la morosidad se ha disparado durante los tres últimos años por el estallido de la burbuja inmobiliaria y, sobre todo, el aumento del paro. De hecho, los expertos, que sostienen que el desempleo es el factor que más incide en el aumento de los impagados, auguran un 2011 "malo" para la banca por el agotamiento de las prestaciones del paro.

Moody's señala que un incremento de los activos no rentables y unos mayores requisitos en las provisiones por créditos fallidos (sobre todo por la nueva regulación del Banco de España) afecta negativamente a la rentabilidad. La agencia augura que esta situación durará entre 12 y 18 meses, es decir, hasta 2012.

Por otro lado, la agencia señala como "positivo" para el crédito la cantidad de reservas que ha acumulado el sector para hacer frente a las pérdidas, y que cifra en 61.136 millones.

Así, subraya que el elevado nivel de activos no rentables se suma a otros factores, como unos mayores costes de financiación al por mayor, una menor demanda de crédito y los costes de reestructuración a los que se enfrentan las instituciones que están llevando a cabo esfuerzos de consolidación.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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