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ELECCIONES CATALANAS | Faltan 16 días

Herrera clama contra la resignación y censura a Mas

No a la resignación ni a las "contrarreformas" previsibles si gana Artur Mas, gobierne con el PSC, ERC o el PP "racista y xenófobo". El candidato de ICV, Joan Herrera, inició anoche la campaña en Lleida con contundencia, en un intento de movilizar a un electorado "indeciso, desanimado o perplejo", al que se dirigió con hincapié. "Quiero decir a toda la gente de izquierdas que hay esperanza, que no se resignen" y citó las "soluciones de izquierdas" para salir de la crisis a las que alude su lema electoral.

No concretó, sin embargo, por dónde pasa esa esperanza si, como es previsible, la aritmética parlamentaria impide reeditar un tripartito cuyo principal artífice, José Montilla, ya ha repudiado esa posibilidad el 29-N. Por eso Herrera advirtió de que "el futuro no está escrito, hay mil razones por las que vale la pena luchar". Y reclamó una gran participación para combatir los efectos perjudiciales que tiene la abstención para la izquierda.

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Ese futuro tampoco lo pueden escribir "ni los mercados ni el Tribunal Constitucional", añadió Herrera, que estuvo acompañado por los consejeros Joan Saura y Francesc Baltasar en la cena de inicio de campaña celebrada en la Lonja, a la que asistieron 400 personas. La nueva hornada ecosocialista se reclama heredera de ellos y de su obra de gobierno. Por eso han anunciado que no solo no los "esconderán" en la campaña, sino que tendrán una participación activa, como ocurrió anoche con Saura, que abrió el acto.

"Retorno al pasado"

Para Herrera, el futuro tampoco lo pueden decidir las encuestas, que prevén para ICV un ligero descenso electoral (ahora tienen 12 diputados), mucho menor que para los otros dos socios de Gobierno. CiU no representa el cambio, dijo Herrera para rebatir la campaña nacionalista, sino "el retorno al pasado". Y un Gobierno presidido por Mas y con el PP podría convertirse en "una pesadilla para los trabajadores", añadió.

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Es el mensaje que gusta al electorado de ICV, el mismo que también acepta un tirón de orejas, moderado, para el PSC, con el que han gobernado siete años la Generalitat. De ahí que el candidato de ICV tuviera tacto en sus críticas a los socialistas, a los que solo reprochó su "renuncia", a reeditar un nuevo tripartito. "No es verdad que no haya alternativa", dijo Herrera, antes de censurar que "el modelo social y económico que nos ha llevado hasta aquí está agotado". Es un modelo caracterizado por el "capitalismo de la socialización de las pérdidas y la privatización de las ganancias", añadió, recuperando el tono marxista de lo que fue el PSUC. No tuvo el mismo tacto, sin embargo, con Rodríguez Zapatero, al que recriminó la política de recortes sociales que está llevando a cabo.

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