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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Una ambiciosa indagación

Tomàs Delclós

El anuncio de Bruselas que se propone investigar si el buscador de Google altera los resultados para perjudicar a algunas compañías de la competencia es de una tremenda ambición.

De entrada, como ya sucedió con Intel, Microsoft o Apple, supone pedir cuentas a un gigante estadounidense, algo que siempre incomoda a las autoridades de aquel país que lo ven como una intrusión en compañías domésticas. Precisamente, en anteriores casos, algunos de los denunciantes llamaron a la puerta de Europa convencidos de que las autoridades estadounidenses no habrían puesto todo el empeño en aclarar el fundamento de las denuncias. Con todo, Estados Unidos no ignora esta polémica sobre Google y las autoridades reguladoras de Tejas también investigan las prácticas del buscador.

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Google tiene una cuota de mercado en Europa del 80%, superior a la que disfruta en Estados Unidos (66%). Hay, pues, una razón objetiva para abrir la indagación. Bruselas ya ha aclarado preventivamente que la apertura de esta carpeta no supone anticipar ninguna conclusión sobre la conducta de Google.

La investigación que se propone realizar es técnicamente compleja. Al margen de estudiar los contratos publicitarios que hace firmar a sus clientes, conocer si el buscador altera la jerarquía de resultados -gratuitos o de pago- para penalizar a sitios competidores es complicado. Los algoritmos de Google son secretos. Una opacidad que permitiría a Google manejarlos fraudulentamente, ni que fuera manualmente, pero cuyo conocimiento en sus más mínimos detalles obligaría a cambiarlos porque, si no, facilitaría a los responsables de las webs un apetecible catálogo de trucos para mejorar su posición en la lista de resultados, donde es vital aparecer en la primera página ya que muchos internautas jamás visitan la segunda. Se sabe, por ejemplo, que uno de los criterios del buscador para jerarquizar los resultados y evaluar un sitio consiste en valorar el número de enlaces y su calidad (que sean de sitios notorios en Internet) que dirigen al mismo. Más difícil es saber las matemáticas exactas de este sistema de puntuación clasificatoria.

Sería un grave error de Google que hubiera caído en esta manipulación porque el corazón de su negocio se basa en la neutralidad de los resultados. Es lo que los hace fiables. Y es totalmente lícito investigarlo si hay compañías que lo sospechan. Que algunas de estas empresas denunciantes estén en la órbita de Microsoft no añade malicia a la denuncia. También la compañía de Bill Gates fue investigada a impulso de las denuncias de compañías contrincantes.

A medida que Google se hace inmenso debe aumentar la dotación de su equipo de abogados. Algunos proyectos como Buzz ya le han costado indemnizaciones millonarias por temas de privacidad y, en otro orden de cosas, tiene un pleito abierto por Oracle por supuestas violaciones de patentes en la plataforma para móviles Android.

La investigación de Bruselas no es previsible que se concluya rápidamente. Habrá que seguirla atentamente.

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