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LOS PAPELES DEL DEPARTAMENTO DE ESTADO | El nuevo Gobierno británico

El Banco de Inglaterra no se fiaba de los conservadores

Temía que Cameron y Osborne reeditaran la rivalidad Blair-Brown

La pareja política que forman David Cameron y George Osborne al frente del Partido Conservador británico corre el peligro de reeditar las rencillas que minaron la relación entre Tony Blair y Gordon Brown durante la etapa del Nuevo Laborismo, según el crudo análisis que el gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, le ofreció al embajador de Estados Unidos en Londres, Louis B. Susman, en un encuentro el pasado 16 de febrero, apenas tres meses antes de las elecciones de mayo.

King cuestionó la capacidad de Cameron y sobre todo de Osborne para aplicar el programa de recortes presupuestarios que ha de afrontar el país, dibujó un anémico panorama económico para este año, anticipó que la UE tendría que rescatar a Grecia y vaticinó que esa intervención acabará por "redefinir" la zona euro, orientando la UE a largo plazo hacia una mayor cohesión política que puede "no ser ventajosa para Reino Unido", según se puede leer en el cable confidencial 249236.

El gobernador, Mervyn King, dudaba de la capacidad de los 'tories' para aplicar los recortes
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"Al tiempo que ningún partido ha detallado adecuadamente sus planes de reducción del déficit, King expresó gran preocupación acerca de la falta de experiencia de los dirigentes conservadores y opinó que el líder del partido, David Cameron, y el canciller del Exchequer en la sombra, George Osborne, no se han dado plena cuenta de las presiones que van a recibir de diferentes grupos cuando intenten recortar el gasto", señala el texto. A juicio del gobernador, no se han percatado de que "cientos de funcionarios gubernamentales les van a presentar pretextos sobre por qué sus presupuestos no deberían ser reducidos".

Más de nueve meses después de aquellas palabras y seis meses después de que Cameron se haya convertido en primer ministro y Osborne en canciller del Exchequer [ministro de Finanzas], aún es pronto para saber si King tenía razón. El Gobierno ha puesto en marcha un recorte de emergencia de 7.300 millones de euros para el resto del año fiscal y de 96.000 millones anuales en los cuatro siguientes. Pero es ahora cuando empiezan las presiones a las que alude King.

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Según la nota de la embajada, en su encuentro con Susman el gobernador se quejó de que "tanto Cameron como Osborne tienden a pensar en términos de políticas y de cómo estas pueden afectar a las posibilidades electorales de los tories". "King expresó también preocupación por la falta de profundidad del partido tory. Cameron y Osborne tienen solo un puñado de asesores y parecen resistirse a salir de ese pequeño círculo íntimo. La asociación Cameron-Osborne no es como el equipo Blair-Brown de los primeros años del Nuevo Laborismo, cuando los dos trabajaban juntos estando en la oposición, aunque luego aparecieron fisuras por diversos motivos cuando los laboristas llegaron al poder. Tensiones similares pueden aparecer si Cameron y Osborne discrepan sobre la manera de afrontar el déficit, y la falta de profundidad de su círculo íntimo puede agravar la situación", continúa el texto.

Un documento confidencial anterior (ID 176250) pone de relieve que King no era el único que dudaba de la capacidad del que ahora es responsable del Tesoro. Un influyente diputado conservador, Michael Fallon, expresó esas mismas dudas ante funcionarios de la Embajada de EE UU con los que se entrevistó en la Cámara de los Comunes el 29 de octubre de 2008. Fallon, que es desde septiembre pasado vicepresidente del Partido Conservador y ha estado en la Comisión del Tesoro de los Comunes desde 1999, "calificó de 'débil' y casi de risa la respuesta a la crisis económica" de Osborne durante la crisis financiera, en contraste con el protagonismo que tuvo en aquellos momentos el entonces primer ministro Gordon Brown.

El cable de la embajada señala que, durante la crisis, "la relativamente hábil actuación de Brown ha cogido con la guardia baja a los conservadores". Sin embargo, continúa el texto de la embajada, "aunque Brown está disfrutando de una subida en las encuestas porque proyecta solidez en el manejo de la crisis, Fallon argumentó que una vez que la recesión empeore y que la gente empiece a notar sus efectos, Brown ya no será inmune al criticismo y va a tener que rendir cuentas por los errores de un sistema económico que él ha supervisado durante 10 años como canciller del Exchequer".

"Los comentarios de Fallon", sintetiza el comentarista de la embajada, "reflejan la frustración de los conservadores -y cierta admiración a regañadientes- por la capacidad del primer ministro, hasta ahora, de recuperar terreno durante la crisis económica". "La imagen que proyecta Brown de "un hombre serio para momentos serios" y de "un líder nacido para un momento como este" ha funcionado hasta ahora. Los conservadores, en cambio, han transmitido una imagen de socio menor en un momento en que han tenido que apoyar al Gobierno laborista en tiempos de crisis; y parecen confusos y confundidos ahora que intentan articular una alternativa a las acciones de Brown", observa el diplomático estadounidense.

Al final, sin embargo, el diputado Fallon demostró tener buen olfato y la crisis económica acabó siendo determinante en la derrota del laborismo en las urnas.

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Mervyn King, gobernador del Banco de Inglaterra, junto al canciller del Exchequer, George Osborne, el pasado junio en Londres.
Mervyn King, gobernador del Banco de Inglaterra, junto al canciller del Exchequer, George Osborne, el pasado junio en Londres.GETTY

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