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Montilla reprocha al PSOE "no haber puesto las cosas fáciles"

El líder del PSC advierte de que CiU "mostrará su cara más sectaria"

Clara Blanchar

Los socialistas catalanes celebraron ayer su primer consejo nacional tras la sonora derrota del 28 de noviembre y lo convirtieron en un largo ejercicio de catarsis y autocrítica. Comenzó a las diez de la mañana y terminó pasadas las cuatro de la tarde después de 35 intervenciones. El primer secretario y presidente de la Generalitat en funciones, José Montilla, lo abrió analizando las causas de la derrota y, entre otras cuestiones, reprochó al PSOE "no haber puesto las cosas fáciles" en "negociaciones agotadoras" como la de la financiación y los traspasos de competencias. Montilla también echó en cara al PSOE la "hostilidad e incomprensión" con la que recibió el segundo tripartito.

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El líder del Partit dels Socialistes (PSC), que la misma noche electoral anunció que no volverá a optar a la secretaría general y que renuncia a su escaño, atribuyó parte de la derrota a la falta de liderazgo -"del de quien os habla" en cuestiones como las nevadas, los incendios o la ley de educación, dijo- y a la ausencia de un relato conjunto del Gobierno tripartito. Lamentó que sus socios (Esquerra Republicana e Iniciativa) a veces se hayan ocupado más de satisfacer a su electorado que de trabajar "para el país". En cambio, dijo, los socialistas han tomado decisiones en contra de la opinión de parte de su "clientela", "pero hemos pensado en el país", recalcó. En el capítulo del tripartito, argumentó que en Cataluña falta la cultura de gobierno de coalición que existe en Europa y atribuyó también la incomprensión a los medios de comunicación.

Pero sobre todo Montilla subrayó el efecto que la crisis económica ha tenido sobre su electorado: "Las primeras elecciones después de la crisis han sido las catalanas y hemos pagado los errores propios y de otros fruto de la coyuntura internacional". El líder del PSC recordó que la recesión está pasando factura a todos los Gobiernos, incluido el de Obama en Estados Unidos; señaló que "no se puede someter a las urnas a los mercados; son las limitaciones de la política y las instituciones en este tiempo de globalización" y defendió las políticas de ajuste emprendidas. Citó, por ejemplo, la bajada de sueldo de los funcionarios: "No había alternativa, pero no se había hecho nunca y nos ha tocado a nosotros".

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Pese a la complejidad del contexto de la última legislatura, el PSC reconoció -lo hizo el propio Montilla- que se ha alejado de los ciudadanos y de sectores como el de la cultura, y que debe trabajar "con humildad" para recuperar su confianza con vistas a las elecciones municipales del próximo mes de mayo. "No hemos escuchado a la gente como hacía falta, hemos dejado de hablar el lenguaje de la gente", expresó, una actitud que habrá que revertir para salvar los Ayuntamientos. En las elecciones de hace tres semanas los socialistas perdieron 230.000 votos.

Montilla tuvo también palabras de reproche para Convergència i Unió (CiU), de la que destacó su "intento de deslegitimar al Gobierno y su crítica desaforada basada en prejuicios sobre el presidente, el Gobierno y la mayoría parlamentaria" durante los dos Ejecutivos de coalición. El presidente de la Generalitat en funciones auguró que el futuro Gobierno de Artur Mas "mostrará su cara más sectaria" y culpará "de todo lo que pase al tripartito, a que han encontrado la caja vacía y a Madrid". En cualquier caso, emplazó a los suyos a hacer una oposición "rigurosa, con la mano tendida en los grandes temas de país".

La pasada campaña electoral también fue objeto de análisis y, tras admitir que se hicieron "cosas acertadas y otras mejorables", Montilla dijo que en un contexto de tanta dificultad "ni con una campaña de matrícula se hubiera logrado un resultado mejor.En el turno de palabras que sucedió al informe de José Montilla, celebrado a puerta cerrada, destacaron las intervenciones de los alcaldes, que insistieron en pedir una tregua en el debate interno para centrarse en salvar los Ayuntamientos; las muestras de apoyo al primer secretario por su trabajo y por las decisiones tomadas después de la derrota, y las duras críticas a los consejeros que han expresado opiniones críticas fuera de los órganos del partido, según varios de los asistentes.

Las intervenciones más severas llegaron de voces próximas al aparato del partido, como las del alcalde de Cornellà y primer secretario de la federación del Baix Llobregat, Antoni Balmón, y Joan Canongia, primer secretario de la federación del Bages, Berguedà y Solsonès. Ambos se refirieron a los consejeros del ala catalanista del PSC que en los últimos días se han mostrado críticos con el partido en declaraciones a medios de comunicación y les emplazaron a hacerlo ante los órganos de dirección. Les recordaron que la responsabilidad de la derrota debe ser compartida entre Montilla, cuyo gesto de marcharse valoraron, y su Gabinete. "La sombra de la derrota es alargada también para los que no creen que les afecta", espetó Balmón en referencia a Antoni Castells, Marina Geli, Ernest Maragall y Montserrat Tura.

Los tres primeros se mantuvieron en silencio y solo Tura habló para insistir en la necesidad del PSC de emprender "cambios profundos" y de recuperar el "catalanismo social" y la "entrega a la cohesión social del PSC". Tura fue de las pocas voces que plantearon la necesidad de reformular las relaciones entre los socialistas catalanes y el PSOE -en otras intervenciones se criticó el "seguidismo" de posturas nacionalistas-, aunque en la mayoría de los turnos de palabra se recordó que el debate queda aplazado hasta después de las elecciones municipales. El alcalde de Lleida, Àngel Ros, fue de los que consideraron que el grupo no es un tema "central", aunque sí debe revisarse.

El consejo de alcaldes, representado por el secretario de política municipal y alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, presentó una resolución en la que insta a hacer de las municipales una "prioridad", expresa su apoyo a la gestión del Ejecutivo de Montilla y emplaza a abrir un amplio debate después de las elecciones.

El consejo aprobó otra resolución que formaliza la convocatoria "después de las elecciones municipales" del congreso -que rechaza que sea extraordinario- para debatir "la renovación del partido, de su proyecto político y su conexión con la sociedad". Sobre las perspectivas de futuro, José Montilla apeló a la tradición municipalista del PSC para ofrecer su "cara de proximidad y sensibilidad" con los ciudadanos.

En este sentido hubo varias intervenciones, como la del consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal, en las que se que pidió que en la campaña de las municipales se reivindique la obra de las dos legislaturas de gobierno de izquierdas -Nadal también destacó la tarea de oposición a la que se enfrentan los 28 diputados electos-, aunque alcaldes como Àngel Ros y el de Terrassa, Pere Navarro, apostaron por que la acción de gobierno, la gestión, vaya acompañada también de "discurso de país".

Autocrítica, inyección de ánimo ante las municipales y llamamientos a la responsabilidad y a pensar en el futuro es lo que dio de sí un consejo nacional que, como definió un miembro de la dirección a la salida, "no cierra nada, lo abre todo".

Montilla, ayer, antes de su intervención en el consejo nacional del PSC.
Montilla, ayer, antes de su intervención en el consejo nacional del PSC.CARLES RIBAS

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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