"Larsson era un autor muy confiado y dócil"

Incluso en Estocolmo es raro almorzar a las 12 en punto de la mañana. Pero aquí está Elin Sennerö, editora de Norstedts, la editorial que tuvo la fortuna de publicar los libros de Stieg Larsson, fallecido antes de que su obra hiciera ¡boom! Elin viene a contarnos cómo fue la aventura de preparar los textos de su trilogía Millennium, que él mismo empezó a discutir con Eva Gedin, directora de ficción de Norstedts, y por tanto la responsable de la publicación de los libros del Nobel Vargas Llosa.

Es sábado, y muy temprano, así que el almuerzo es frugal. Pero mucho más saludable que los de Larsson y, sobre todo, que los de los dos personajes principales de su trilogía. El periodista Blomkvist come a salto de mata, sándwiches y café; la detective Salander consume pizza congelada y bebe también muchísimo café; y casi todo lo compran en el 7 Eleven de una esquina que ya se ha hecho famosa en Estocolmo. Al propio Larsson le gustaba un restaurante persa de la ciudad, pero tampoco hacía grandes aspavientos con la comida. Lo que le importaba era tomar café.

La editora de 'Millennium' predijo el éxito de ventas de la famosa trilogía

A Elin, que ahora tiene 36 años, pero una larga historia editorial a sus espaldas (estuvo en Atlantis, luego trabajó para la editorial que publicaba a Henning Mankell, y finalmente disfruta de hacer libros en su casa actual), le gusta comer, cómo no, y los fines de semana busca placer gastronómico en algunos de los muy buenos restaurantes de Estocolmo que nos anota como una guía confiable. "Comer es un momento muy importante para el negocio editorial", concede.

Trabajar con Larsson, antes y después de la muerte del escritor y periodista cuyo éxito resulta hoy inigualable en el mundo, ha sido para ella "una aventura apasionante". Y le ha permitido conocer por dentro la razón de ese impacto. Ella cree que "la figura de Lisbeth Salander es la clave; es un personaje extraordinario, una mujer que no le teme ni a hombres ni a mujeres; tranquila, fuerte, con un pasado tremendo...". Y la clave es la escritura. ¿Se confió a sus editores? "Era un hombre tranquilo; como escritor, estaba convencido de haber escrito algo importante, pero no se imponía, le gustaba escucharnos, tomar nota de los cambios que le proponíamos, y no puso nunca grandes problemas. ¿Era dócil? En ese sentido creo que sí".

La muerte de Larsson fue un shock para todos. ¿Y el éxito? "No nos cogió desprevenidos. Sabíamos que teníamos un gran material entre las manos, sabíamos que íbamos a vender bien; lo que resultaba extraordinario era que él, un autor primerizo, prácticamente desconocido en el mundo, tuviera también esa convicción". Cuando el primer volumen estaba listo para publicar se produjo la fulminante muerte del autor, a sus 50 años.

Después del fallecimiento de Larsson, la experiencia del trabajo editorial del primer volumen con él les permitió a Eva Gedin, la jefa de ficción, y a Elin, la editora, un trabajo que de otro modo hubiera sido complicado para poner en estado de publicación los dos volúmenes restantes. "Ya sabíamos qué hubiera aceptado y qué no hubiera aceptado; por supuesto, no tocamos el contenido, las tramas, etcétera, eso no lo podíamos hacer. Así que hicimos puro editing, lo básico que tienes que hacer para que la publicación de un libro resulte solvente".