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Las obras siguen paralizadas por orden judicial

El 10 de septiembre fue un día de nervios en Brión. Además del vertido, las excavadoras provocaron el derrumbe de un talud, y se desató un cruce de llamadas y de órdenes de obras de emergencia contradictorias. El alcalde de Brión, José Luis García, se personó en las obras. "Me dijeron que había un problema muy grave, aunque a mí no me lo pareció tanto", expone. García atribuye el desconcierto a las exigencias de la representante de Augas de Galicia, que propuso rellenar el hueco de la excavación, y desviar y entubar el cauce del río.

Ante la oposición de la jefa de obra de la empresa, la responsable de Vertidos fue desautorizada telefónicamente por un representante de los servicios jurídicos de Augas. El alcalde de Brión contactó telefónicamente con el presidente de Augas y con la de Infraestructuras. Finalmente se ordenó el desvío del cauce y el vaciado de una balsa con filtraciones, una operación que, según constató la Guardia Civil, no se había comenzado a última hora de aquel 10 de septiembre.

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El puente forma parte de una variante de la actual carretera AC-300 a su paso por Os Ánxeles, en el ayuntamiento de Brión, para evitar el paso del tráfico por el núcleo y derivarlo a la autovía Santiago-Brión. La previsión de ejecución de la obra era para rematarla antes de final de año, pero la incoación del expediente judicial ha supuesto su paralización.

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