Éxodo en el Guadalete
El Ayuntamiento de Jerez comienza el realojo de las familias que viven en la zona inundable del municipio
Una riada en 1969, una segunda en 1996 y un último desbordamiento en 2010. Un total de 136 familias jerezanas quiere huir del río Guadalete. Hace justo un año, la zona rural de Jerez sufrió la devastación de una histórica crecida del cauce que obligó a desalojar de sus casas a unas 200 personas. Cerca de un centenar quedaron incomunicadas y otras tantas lo perdieron todo.
Las riadas son cíclicas. Al menos una vez cada 10 años el agua del cauce supera su nivel máximo en un invierno húmedo. Centenares de vecinos del Guadalete no están dispuestos a esperar la próxima crecida.
Tras el desastre del último desbordamiento, la alcaldesa de Jerez, Pilar Sánchez (PSOE), planteó el éxodo de la zona inundable del Guadalete. Meses más tarde, tres familias han sido realojadas en viviendas de suelo urbano, mientras que otras 133 están inscritas en una lista de espera para ocupar futuras casas de protección oficial que se edifiquen en terreno rústico, pero seguro: 26 familias de La Ina, dos de Las Pachecas, cuatro de Lomopardo, una de Gibalbín, 21 de Mesas de Asta, seis de Majarromaque, dos de Torremelgarejo y 71 de El Portal permitirán que el Ayuntamiento derribe sus hogares para poder acceder a casas estables.
Casi 2.000 personas habitan casas que, en su mayoría, no cumplen la norma
El consistorio empezó a construir el pasado 26 de julio los primeros 62 inmuebles y proyecta 20 más para atender así la demanda completa de la barriada rural más poblada, El Portal.
En total, unas 2.000 personas viven en las cercanías del río a su paso por Jerez. El 70% habita en casas centenarias que, en su mayoría, no cumplen la legalidad urbanística y que, además, se construyeron en su momento en áreas anegables del cauce.
Al riesgo de vivir en suelo inundable se suma el estado de un río que no se limpiaba desde 1983. La suciedad acumulada ha recortado drásticamente su profundidad. De hecho, pasó de tener seis metros de altura a un máximo de uno o dos.
Tras la última riada, las administraciones públicas se comprometieron a actuar de una manera mucho más decidida que hasta ahora. En el mes de septiembre, la Consejería de Medio Ambiente extrajo a lo largo de un kilómetro de cauce un total de 800 eucaliptos y unos 2.400 metros cúbicos de sedimentos. Se ha mejorado así la sección hidráulica del Guadalete, facilitando la circulación de caudales en caso de avenidas.
La Junta también se ha comprometido a culminar el próximo año una infraestructura clave para evitar las inundaciones: el azud móvil de El Portal, un proyecto que debía haber terminado a mediados de 2006. Asimismo, la Agencia Andaluza del Agua se encarga de reforestar uno de los arroyos afluentes del Guadalete para que arrastre más sedimentos.
Las lluvias de los últimos días han alertado de nuevo a la zona rural jerezana. Sólo medio metro separa al Guadalete de los niveles de riesgo de desbordamiento. La Junta manda un mensaje de tranquilidad a la ciudadanía. Confía en que las actuaciones preventivas frenen una nueva riada.
En estos días, el pantano de Bornos está desembalsando a razón de 20 metros cúbicos por segundo, caudal que aumentará a 50 en las próximas jornadas. El embalse serrano está al 90% de su capacidad, por lo que la Agencia Andaluza del Agua trata ahora de evacuar de manera progresiva y controlada para dejar espacio a las próximas lluvias sin tener que verter un repentino caudal de agua al río.
Mientras, los vecinos viven con un ojo puesto en el Guadalete. La cota del río está demasiado próxima a los niveles de desbordamiento. El agua de un arroyo ya entró la semana pasada en varias casas de la Greduela y muchos jerezanos rememoraron la crecida de las pasadas Navidades.
El Ayuntamiento ya ha decretado el estado de prealerta y Protección Civil se ha desplazado a la ribera del río. Mañana martes se reúnen Junta y Ayuntamiento para evaluar el estado del cauce.
