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De África a Alcobendas

El brujo del volcán Monte Fako

Pablo de Llano Neira

Los hermanos Kamdem sostienen que el principal peligro para los albinos en África es la "ignorancia". Calvin da un ejemplo. "Una vez entró en erupción el volcán Monte Fako [Camerún]. Un jefe tradicional salió en la radio diciendo lo que había que hacer para detenerlo: sacrificar una oveja y un albino al pie del monte".

En abril de 2009 llegó en cayuco a Tenerife un chico de 18 años procedente de Benín, un pequeño país cercano a Camerún. Se llamaba Moszy. Vivió en Vallecas, pero luego se fue de Madrid. No tuvo problemas de papeles, porque se le concedió asilo. Moszy temía ser devorado en un ritual de brujería si lo repatriaban. Es el único caso de esta clase que se conoce entre los albinos africanos que pueda haber en España (no hay un censo). Ni Charles ni Calvin han oído otra historia similar entre los negros albinos de Madrid.

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Negros de color blanco

La matanza de albinos es un fenómeno reducido en África, pero atroz. La ONG canadiense Under the Same Sun (Bajo el Mismo Sol) publicó en mayo de 2010 un informe en el que asegura que en los dos últimos años se han documentando 57 asesinatos en Tanzania, al sureste del continente, y 14 en Burundi, Estado fronterizo a Tanzania. La policía de Burundi describe una matanza, relacionada con el mercado ilegal de la brujería, en la que los criminales desmembraron a una niña de cuatro años.

Al margen de muertes macabras, en África (donde hay una ratio de albinos mayor que en Europa debido a la endogamia: una de cada 4.000 personas frente a una de cada 20.000) el problema general es la falta de recursos sanitarios para proteger la piel o cuidar la vista. Sudáfrica es uno de los pocos países que reconocen el albinismo como una discapacidad e invierte dinero en atenderla. En otros lugares la situación es dramática. En un reportaje sobre albinos en África publicado por EL PAÍS en 2009, la fotógrafa española Ana Yturralde dio una muestra de lo que ocurre en un país como Senegal: "En un momento de la sesión fotográfica pregunté a mi traductora si alguno de ellos tenía cáncer [de piel]. La respuesta fue contundente: 'Ni lo nombres, para qué lo van a saber si no pueden tratarse". La esperanza de vida para un albino africano, sin protección ni tratamientos, es de 20 a 30 años.

Fotografía del libro<i> Albinismo</i>.
Fotografía del libro Albinismo.ANA YTURRALDE
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