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Las miradas se dirigen al ABB

El País

Sin esperar a las resoluciones judiciales, el desgaste político de la actual dirección del ABB es innegable. La divulgación de significativos aspectos contenidos en el sumario del denominado caso Tellería, la proyección mediática de determinadas conductas de afiliados y dirigentes del PNV y la palmaria oposición entre el EBB y los imputados sobre el futuro de sus carnés de afiliados han embarrado el terreno político con una catarata diaria de declaraciones. Y en todos ellos, las miradas alimentan el debate sobre el control de situación de la territorial alavesa bajo el liderazgo de su presidente, Iñaki Gerenabarrena.

Pero desde el ABB también se tejen los efectos de autodefensa como ayer hizo Ramiro González, portavoz jeltzale en las Juntas Generales de Álava, al abandonar la comisión que investiga el caso Zambrana, otro embrollo que persigue a dirigentes del PNV en este territorio.

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Para Iñigo Urkullu, inquieto por los efectos colaterales de esta prolongada polémica pero con un discurso muy nítido sobre las pautas a seguir por su partido, se asiste a "un juego político para algunos" y de "buscar la división" en el PNV. A su juicio, "los ciudadanos ya saben qué ha sido historicamente el PNV, que es hoy en día y qué es lo que tiene que ser", indicó en Euskadi Irratia.

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A este prolongado debate se unió ayer Markel Olano, diputado general de Guipúzcoa, quien reclamó de la justicia "celeridad" en el esclarecimiento del caso De Miguel. Según admitió en Radio Euskadi, "las lecturas políticas se tienen que hacer después de que el juez establezca la responsabilidad de los imputados". Eso sí, en línea con la argumentación que siempre aporta el ABB, Olano criticó "las filtraciones y el uso de información privilegiada que no se sabe de dónde provienen".

Para la oposición al PNV, el origen de estas supuestas tramas de corrupción y espionaje se encuentra en "la prolongadísima estancia" del partido jeltzale en el poder que ayudó a "algunos" a utilizarlo "indebidamente", según sostiene el dirigente socialista Txarli Prieto.

Su compañero de partido, José Antonio Pastor, cree incluso que "algo empieza a oler muy mal en el PNV". El portavoz parlamentario del PSE-EE volvió a dirigirse a Iñigo Urkullu para que el PNV adopte una "actitud constructiva" con los trabajos de las comisiones de investigación. Además, le advirtió de que el PSE-EE no está dispuesto "a pasar ni una si se pretende contaminar el debate parlamentario con campañas de ataques o intentos de deslegitimación".

Con todo, las críticas más duras hacia el PNV llegan desde el PP, y especialmente de sus dirigentes alaveses. La apretada diferencia en votos que se presume en este territorio ante la cita electoral del próximo mes de mayo permite al PP aprovechar al máximo situaciones comprometidas como las de De Miguel y Tellería ante los juzgados para cuestionar al PNV, uno de sus rivales más directos. Alfonso Alonso, además, puso al ABB en su diana en su rueda de prensa de ayer, que recoge Europa Press. Para el presidente de los populares alaveses, la presunta trama de espionaje que ahora se investiga parte "del núcleo duro del Araba Buru Batzar (ABB), por lo que ha señalado que "lo más razonable sería que la directiva del PNV en Álava dimitiera". Incluso, urgió a Urkullu a que "pase a la acción" para que el PNV alavés "sea un partido en el que se puede confiar", añadió.

Ante tales embestidas, en el seno del ABB crece la indignación pero también el nerviosismo porque se siente en el ojo del huracán mediático y político sin que pueda exhibir sólidos argumentos de defensa. Bajo una vigilancia permanente desde la sede del EBB, la réplica del equipo de Gerenabarrena se reduce a las críticas a las filtraciones en prensa y a la actitud "interesada" de sus rivales.

Para enmarañar la situación, el socialista Prieto mete el dedo en el ojo nacionalista al afirmar que las palabras de Urkullu negando que el EBB ordenara la supuesta trama de espionaje político en Álava "ponen bajo sospecha a otras direcciones" de este partido. A criterio de Prieto, Urkullu "no niega la implicación de miembros del PNV en las tramas, aunque sí pretende negar que él, como máximo responsable de su partido, deba dar alguna explicación". El líder de los socialistas alaveses cree que el presidente del PNV pretende "orientar las tramas a accionistas individuales".

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