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La negociación del pacto social

La negociación se acelera ante el fin de los plazos para alcanzar el acuerdo

Los acercamientos entre las partes se forjan en conversaciones informales

Manuel V. Gómez

Los plazos para llegar a un pacto social están a punto de agotarse. Esta vez de verdad. Las fechas límite se han retrasado varias veces porque la voluntad de acuerdo por parte de sindicatos y Gobierno es firme, atendiendo a sus reiteradas declaraciones públicas. El viernes lo reiteró el líder de CC OO, Ignacio Fernández Toxo: "Hay voluntad de acuerdo hasta el final". Pero el 28 de enero el Ejecutivo va a presentar su proyecto de reforma de pensiones. Ya no hay más tiempo. Y ante esto, parece haber comenzado un tímido deshielo de posiciones en conversaciones informales, apuntan fuentes de la negociación, que no se han plasmado en las negociaciones oficiales. Estas, en cambio, se aceleran. Ayer hubo, al menos, un encuentro. Hoy, otro. Y si no hay fumata blanca, nadie descarta llegar al lunes.

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El citado deshielo se habría dado en charlas informales. En una de ellas el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, acompañando hacia un ascensor del Ministerio a los líderes sindicales, Ignacio Fernández Toxo (CC OO) y Cándido Méndez (UGT), tuvo una "reflexión en voz alta" en la que sugirió que el Gobierno podría rebajar de 41 a 39 los años cotizados para poder jubilarse a los 65 años. Se acercaría así a los 35 que exigen los sindicatos. También en alguna de estos diálogos algún sindicalista habría mostrado cierta flexibilidad, apuntan conocedores de las negociaciones.

Pero el deshielo se queda ahí. Apenas un amago de mover ficha que ayer, antes de que comenzara la reunión, no se había plasmado en la mesa en la que se veían las caras Gómez, Méndez, Toxo y el presidente de la CEOE, Juan Rosell (la presencia del vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, es intermitente). "Lo que no está en la mesa no sirve", sentencian las mismas fuentes.

El Gobierno mantiene su intención de retrasar la edad legal de jubilación a los 67 años, permitiendo jubilarse a los 65 a quienes acrediten una larga carrera de cotización (41, oficialmente, o 39, informalmente). Los sindicatos rechazan retrasar la edad legal y sostienen que la carrera de cotización para acceder al retiro actual debe ser de 35, y la prolongación de la vida laboral ha de tener carácter voluntario y, por tanto, habría que incentivarla. A cambio, CC OO, en consonancia con su posición tradicional, acepta negociar el número de años para calcular la pensión. Pero eso para el Gobierno no es suficiente: "Así la reforma no es más que un simple aumento del periodo de cómputo". Tampoco ven bien la propuesta de UGT de que parte de las pensiones se paguen con impuestos.

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Fijadas estas posiciones, la discusión se centra en acercar posturas sobre los años que son necesarios para acceder a la jubilación a los 65. Aceptar este debate implica que los sindicatos admiten que si el trabajador no tiene una carrera larga de cotización debe jubilarse más tarde. ¿Legal o voluntariamente? Es el nudo gordiano.

"Si fuera por la distancia que nos separa, el acuerdo es casi imposible", sentencia un asistente a las reuniones de alto nivel.

Las caras de la negociación

- El 'fontanero' eficaz. Valeriano Gómez conoce bien los entresijos del Ministerio de Trabajo. Ha desarrollado casi toda su carrera en puestos del departamento que ahora dirige. Cuando el presidente Rodríguez Zapatero le nombró ministro el 20 de octubre, le encargó recuperar el diálogo social. Lo ha logrado. Ahora tiene que dar frutos.

- El que marca la agenda. Ignacio Fernández Toxo, líder de CC OO, puso sobre la mesa la huelga general el 18 de diciembre al acabar una manifestación contra la reforma de pensiones. Tres semanas después, él mismo se encargó de aplazar ese fantasma al proponer un pacto social, un acuerdo que fuera más allá de las pensiones.

- El veterano. Cándido Méndez, líder de UGT desde 1994, ha estado en todas las negociaciones desde entonces. Y en todos los encontronazos. Sabe cuándo tiene que asumir el protagonismo o dar un paso atrás para facilitar el acuerdo. Su papel es el más difícil de todos. Tiene que conjugar la cercanía al PSOE de UGT con su oposición firme a la reforma de pensiones.

- Cambio de rumbo. Juan Rosell, presidente de la CEOE, casi no ha tenido tiempo para sentarse en su nuevo sillón y ya está metido de hoz y coz en las negociaciones para el pacto social más importante de la legislatura. Sustituyó a Díaz Ferrán días antes de Navidad. Se ha mostrado más proclive al pacto que su antecesor. Y así lo reconocen sus interlocutores.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.
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