Poesía para paladear

El arranque de un verso del poema Amistad a lo largo, de Jaime Gil de Biedma, daba la semana pasada la bienvenida en el restaurante Chez Lyon de Valencia. En una mesita puesta en calle de En Llop, junto al menú y bajo el epígrafe "El poeta del día", el propietario del veterano negocio, Francisco Mateu, intenta con una iniciativa que renueva cada día alimentar también el alma, puesto que lo de alegrar el paladar ya lo hace desde hace varias décadas.

"Un destino condujo diestramente las horas y brotó la compañía", leían los viandantes, y muchos de los que son clientes saben que eso es lo que ocurre con Mateu, nacido en el Grao de Valencia en 1958: que con su buena conversación y su mejor escuchar hace brotar la compañía cuando el destino lo permite. Aunque la faceta que más sorprende de él a los que no le conocen es la de poeta. Desde joven escribe versos, ha publicado dos libros y hace un lustro que regala todos los años a sus clientes una plaquette, un pequeño folleto con una docena de sus creaciones. "Me considero un camarero y con muchos amigos, y luego soy aficionado a escribir, pero tengo claro cuál es mi trabajo y me encanta ser camarero".

"Hay gente que pasa todos los días y se detienen a leer al poeta del día"

¿Cómo se inspira? "El restaurante da mucho juego, porque, entre lo que captas y lo que te imaginas, coges ideas, y cuando se van los clientes y te quedas solo, puedes luego escribir con tranquilidad", explica Mateu, "hay gente que se relaja después del trabajo con la tele, a mí a veces me dan las tres de la mañana aquí oyendo música y escribiendo". Y si en la cocina la materia prima es fresca, en su comedor tiende a reciclar palabras: "Si una frase me ha chocado, no paro de darle vueltas, y cuando me siento la termino de pulir, aunque a veces ya la escribo tal y como quedará".

Y esa, la brevedad, es una de las características de su obra, también una temática sencilla y cotidiana. "Escribo corto y se ve que esto no da para más", confiesa entre risas, "cuando he plasmado la idea soy incapaz de volver a engancharme". No obstante, en su última plaquette, en la que Joan Iborra vuelve a encargarse de traducir al valenciano, los poemas han crecido un poco y por eso se titula XXL Poemas Extended Versión. Luego confiesa sin problema que la mayoría de ellos son dos o tres poemas puestos uno detrás del otro. En esta edición destaca el que creo para el libro homenaje al diseñador Paco Bascuñán (fallecido en 2009), un poema gráfico que fácilmente podría figurar junto a la misteriosa Cesárea Tinajero en una antología sobre los "realvisceralistas" de Los detectives salvajes de Roberto Bolaño.

Una vez confesó que escribía para ser mejor persona. ¿Lo consigue? "Hay tanto por pulir, si se peca de pensamiento yo creo que iré al infierno", confiesa entre risas. Sin embargo, de obra resulta generoso. "Escribo un montón y se lo doy a amigos y clientes".

Ahora piensa en algún método para que los clientes puedan reservar mesa y "poeta del día" para una fecha concreta según sus propios gustos. Fácilmente a través de Internet, herramienta que ya se usa en Chez Lyon desde que el restaurante participa en el proyecto gastronómico Cuina Oberta (la próxima edición, del 14 al 20 de febrero). ¿Y no teme Mateu que los comensales le soliciten poesías de dudosa calidad? "Siempre he confiado en el buen gusto de mis clientes", responde, y se ríe.

De momento, será él quien elija a los poetas del menú, un día en valenciano y otro en castellano. Y entre sus favoritos figuran los cercanos Marc Granell, Carlos Marzal o Vicente Gallego, que fue el que le mostró a Gil de Biedma -"eso sí que es poesía"-. Escritores a los que tiene como maestros. "Gallego me dice: 'Tú sigue así, pero lee mucha poesía, que vas a ser un buen poeta". Mientras mejora, él seguirá poniendo a otros, más consagrados, en la puerta de su establecimiento: "Hay gente que pasa todos los días y se detienen a leer al poeta del día"