Túnez suspende la actividad del partido de Ben Ali
Las leyes que promueven los autócratas para asentar su poder acaban sirviendo, a veces, para desmantelarlo. El ministro del Interior tunecino, Farhat Rajdi, echó mano ayer de una ley promulgada en 1988 por el derrocado presidente, Zine el Abidine Ben Ali, para suspender la actividad del que fue el partido casi único de Túnez durante las dos últimas décadas.
Los miembros del Reagrupamiento Constitucional Democrático (RCD) no podrán ya reunirse y sus locales serán clausurados para "preservar el interés general", señala el comunicado de Interior. Rajdi pedirá a continuación a los tribunales que disuelvan al partido, una reivindicación de la oposición.
El régimen de Ben Ali se basaba en dos pilares, el partido hegemónico y el mastodóntico aparato de seguridad. Este también está siendo purgado. Prueba de ello es el relevo de un buen puñado de mandos de la policía y de 24 gobernadores civiles aunque los recién nombrados no entusiasman a los jóvenes que les tachan de afines al antiguo poder. De ahí que se hayan manifestado en varios lugares. En las últimas 48 horas se han registrado al menos cinco muertos en varias protestas.