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El problema de la calidad del aire

Dardo de Hereu a Gallardón: "No moveré los indicadores"

Barcelona no es Madrid. Tampoco en lo que se refiere a contaminación. El alcalde de la capital catalana, el socialista Jordi Hereu, quiso marcar distancias ayer y subrayar las diferencias que, en su opinión, existen entre ambas ciudades en cuanto a la polución. Hereu lanzó un dardo envenenado a su homólogo madrileño, el popular Alberto Ruiz-Gallardón: "Nosotros no moveremos indicadores medioambientales para que nos quede bien", advirtió.

El alcalde barcelonés aludió así directamente a la estrategia del Ayuntamiento de Madrid de retirar estaciones de zonas muy contaminadas para rebajar artificialmente los niveles de polución. El fiscal coordinador de Medio Ambiente, Antonio Vercher, desmontó en su día contra el ardid de Gallardón y exigió al municipio que "identifique a la autoridad o funcionario que ordenó esa reubicación".

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Hereu, que estos días anda inmerso en la campaña de primarias contra la también socialista Montserrat Tura, se jactó de la gestión del Gobierno municipal. Hereu reivindicó los "esfuerzos" de la ciudad en movilidad y consumo energético, aunque matizó que deben mejorarse aspectos como la red de trenes de Cercanías. Hereu defendió la necesidad de tomar medidas "excepcionales" en caso de que se alcancen niveles peligrosos de contaminación. Pero esa circunstancia "no está en el horizonte".

El Ayuntamiento planteará, en su próximo plan de sostenibilidad, crear más paradas de taxi para evitar que den vueltas por la ciudad sin pasaje y, por tanto, contaminen. Otra de las medidas previstas es reducir las emisiones de los barcos atracados en el puerto de Barcelona y hacer que la carga y descarga de mercancías se haga, dentro de la ciudad, con vehículos eléctricos. El consistorio descarta restringir la circulación de coches en el centro, como sugirió ayer la Generalitat.

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