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Teléfono móvil por la mañana, marisco y copas por la noche

Los asistentes al Mobile World Congress toman los locales de lujo de Barcelona

Cigalas, gambas, langosta... Botafumeiro es uno de los restaurantes de la ciudad que llena estos sus días sus mesas de profesionales del Mobile World Congress. Precio medio por persona, según explica el encargado, 100 euros. Algunos congresistas disfrutan con el marisco. Otros con la cocina mediterránea con estrella Michelín. Si en algo están de acuerdo hoteleros, comerciantes y restauradores es en que son los visitantes perfectos: con dinero y ganas de disfrutar la ciudad.

Para asegurarse la mejor habitación y la mejor mesa, algunas empresas asistentes al evento reservan con un año de antelación la estancia de sus directivos para los días de la feria más importante de telefonía móvil del mundo, que ayer empezó oficialmente en Barcelona. Un ejemplo: los directivos de la empresa de telefonía móvil surcoreana LG duermen en el Princesa Sofía y cenan en La Dama comida catalana. La mayoría de hoteles de lujo ha colgado el cartel de completo. Es el caso del Madarin, en el paseo de Gràcia, donde el precio medio de la habitación es de 600 euros. También está lleno el hotel Omm. "Su restaurante, Moo, que tiene una estrella Michelín, hace mucho que ya no admite reservas", explica una portavoz del Grupo Tragaluz, dueño de este establecimiento y otros 14 en la ciudad. Las noches están completas en casi todos. "Al mediodía los visitantes improvisan más", añade."Para después de cenar, a la hora de salir de copas o a tomar algo, lo que prima muchas veces es el área de influencia del restaurante que han elegido o del hotel", comenta Enric Gomà, presidente de la Asociación de Bares, Restaurantes y Ocio de Barcelona. Dice que, además, la mayoría de empresas ha organizado alguna fiesta privada, para la última noche de congreso.

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Para que todos estos visitantes no se gasten a partir de 2013 vez el dinero en otra ciudad (que podría ser París, Munich o Milán), Barcelona tiene retos pendientes: para empezar, las largas colas que hay en Montjuïc para hacerse con un taxi. También los problemas de conexión inalámbrica a Internet. Pero sobre todo, el espacio donde se celebra el congreso: se queda pequeño cuando tienen lugar las citas clave, como la de ayer con Steve Balmer de Microsoft. Muchos asistentes, que pagan entradas al congreso de más de 600 euros, se quedaron sin poder entrar, a pesar de que se habilitaron tres zonas más de las previstas, informa Ramón Muñoz.

Según el consejero de Empresa y Ocupación, Francesc Xavier Mena, si Barcelona consiguiera convertirse en sede permanente del móvil en el periodo 2013-2017, los beneficios que se llevaría la ciudad a cambio serían cinco veces superiores a los que ha dejado hasta ahora. Es decir, que si entre 2008 y 2010, ha generado 1.200 millones, las cinco siguientes ediciones lograrían atraer 6.000 millones de euros.

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