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Contra la biología

Las locomotoras de mercancías están pensadas contra la biología: carecen, todas, de un lugar donde evacuar. La solución más utilizada, si el maquinista es hombre (mayoría) es abrir la puerta y orinar al viento. También se puede aprovechar la parada y bajar a la cuneta. Los diseñadores de las locomotoras, todos, se olvidaron de ese compartimento.

La norma es que los maquinistas conduzcan un máximo de cinco horas, plazo soportable (en condiciones normales). Ese límite es el que figura en el convenio, pero el empleado puede aceptar conducir hasta seis horas, parar 45 minutos, y seguir hasta completar una jornada máxima de nueve horas.

Los mercancías que parten de Barcelona terminan en Perpignan. Allí, se instalan máquinas francesas que conduce personal francés. Los españoles vuelven. Teóricamente no deben superar la jornada. Pero el tiempo medio del recorrido supera en una hora lo previsto. A veces, el problema no es sólo ferroviario. El 1 de febrero, el tren partió de Barcelona con 68 minutos de retraso por problemas aduaneros. Con todo, afirman empresarios y ferroviarios, el puerto y Renfe trabajan para mejorar este servicio. La mayoría de ferroviarios son enamorados de su profesión, tanto, que ni siquiera se quejan de la biología.

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Un mercancías de 600 metros
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