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Ola de cambio en el mundo árabe | La posición de la Casa Blanca

EE UU dice que cerrar el espacio aéreo libio es una acción de guerra

Clinton defiende el presupuesto de Exteriores ante el acoso republicano

Antonio Caño

Respondiendo a las dudas y suspicacias surgidas entre la comunidad internacional, Estados Unidos aclaró ayer, para que nadie se llame a engaño, que la declaración de una zona de exclusión aérea sobre Libia es una acción de guerra que exige bombardeos sobre determinadas posiciones y el uso de abundante material militar, incluidos aviones y barcos. "Si se nos ordena, podemos hacerlo", afirmó el secretario de Defensa, Robert Gates, pero es necesario "pensarlo bien" y ser conscientes de la dimensión de esta decisión.

Probablemente, con estas palabras se echa por tierra, al menos durante cierto tiempo, una medida de ese calibre. Aunque la oposición libia, que ayer mismo volvió a ser atacada desde el aire por los aviones de Muamar el Gadafi, sería muy feliz si pudieran librarla de ese castigo, no se vislumbra entre las principales potencias un consenso suficiente como para proceder de inmediato. Entre los países europeos existen bastantes dudas, EE UU quiere hacerlo casi por encargo, sin tomar plenamente la iniciativa, y todos quieren solicitar permiso al Consejo de Seguridad de la ONU, donde Rusia y China, probablemente, lo vetarían.

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Lo que ayer quiso aclarar Gates en su comparecencia ante el Congreso es lo que un día antes había dicho el responsable de la zona militar de Oriente Próximo, general James Mattis: que declarar una zona de exclusión aérea sobre Libia "no equivale a pedirle a Gadafi que sus aviones no vuelen". Para hacerlo, explicó Gates, "hay que empezar por atacar y destruir" los sistemas de defensa antiaérea" de ese país. Eso exige bombardeos de radares y otros sistemas que puedan intimidar a los pilotos norteamericanos o de otros países que lleven a cabo la vigilancia del espacio aéreo libio.

En cuanto al número de fuerzas que se requieren para esa misión, el secretario Gates no fue preciso, pero aseguró que "hacen falta más aviones de los que caben en un portaaviones", lo que hace pensar en una movilización militar de grandes proporciones. El Pentágono ha confirmado el desplazamiento hacia las costas de Libia de un portahelicópteros y otra nave con varios cientos de marines a bordo. Al menos un portaaviones podría también estar viajando hacia la zona, según otras fuentes.

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La actuación militar en Libia es una opción, dijo el secretario de Defensa, que "necesita ser considerada de manera muy cuidadosa". La secretaria de Estado, Hillary Clinton, insistió ayer en que EE UU seguirá hablando de ese asunto con sus aliados europeos y árabes, y que se seguirán estudiando diferentes medios para ayudar a la oposición libia.

Paralelamente a esas gestiones, Clinton, participa estos días en una misión no menos difícil: defender los presupuestos de la política exterior de Estados Unidos, seriamente amenazados por los republicanos en el Congreso. El martes en la Cámara de Representantes y ayer en el Senado, Clinton advirtió que, si se cumplen los planes de la oposición, el liderazgo norteamericano en el mundo y la seguridad nacional de este país se verán en peligro.

"El pueblo norteamericano está justificablemente preocupado por nuestra deuda nacional. Yo comparto esa preocupación. Pero también son necesarias inversiones en nuestro futuro que nos harán más fuertes en casa y consolidarán nuestro liderazgo mundial", manifestó Clinton. "Creo con todo mi corazón que sería un gran error emprender la retirada", añadió.

Una retirada del mundo en toda regla es lo que está intentando el sector ultraconservador que domina actualmente el Partido Republicano. La Cámara de Representantes aprobó en febrero una reducción del 16% del presupuesto de la agencia de ayuda exterior de Estados Unidos (USAID, en sus siglas en inglés). Si esa propuesta es respaldada por el Senado, "tendrá consecuencias devastadoras para la seguridad nacional", advirtió Clinton.

Los republicanos quieren reducir casi a cero las contribuciones norteamericanas a Naciones Unidas y a otros organismos internacionales, pretenden eliminar el dinero que se destina a la formación de técnicos y cuadros políticos en el extranjero y quieren cerrar los medios de comunicación que el Gobierno estadounidense financia para difundir sus valores en distintas partes del mundo. "Hacer eso cuando crece Al Yazira, las emisiones de la televisión rusa en inglés, las emisiones de la televisión china en inglés y otros medios similares sería totalmente contrario a los valores de este país", asegura la secretaria de Estado.

Una egipcia observa el paso por el canal de Suez del buque de guerra estadounidense <i>USS Kearsarge</i>.
Una egipcia observa el paso por el canal de Suez del buque de guerra estadounidense USS Kearsarge.EFE

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