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La mefedrona no se penalizó en Reino Unido hasta el año pasado

Del ramillete de drogas de diseño que ha originado la alerta en la ONU, la mefedrona cobra especial protagonismo en Reino Unido, porque su consumo no fue penalizado hasta el año pasado y solo después de que el Gobierno se saltara la consulta con el organismo que le asesora en tales cuestiones.

A esta sustancia, conocida popularmente como M-Cat o miaow-miaow, las autoridades decidieron despojarla de su condición de droga legal tras una cadena de muertes relacionadas en alguna medida con su consumo.

Los análisis toxicológicos no permitieron apuntar a la mefedrona como factor decisivo -aunque tampoco descartarlo- en el súbito fallecimiento en marzo del año pasado de dos jóvenes de Lincolnshire que combinaron esa droga con un cóctel de alcohol y otras sustancias. Ni tampoco en el suicido de otros dos amigos de 19 y 20 años, que se ahorcaron en un bosque de Northumberland cuatro meses después. La autopsia determinó en ambos casos, al igual que en otra veintena de sucesos con resultado de muerte, que esas personas habían consumido mefedrona, muy popular en las juergas de jóvenes y adolescentes británicos.

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Las muertes por fármacos alcanzan a las causadas por drogas ilegales

La alarma social generada por el miaow-miaow se tradujo finalmente en su ingreso en la lista oficial de sustancias ilegales, previo despido fulminante del jefe del consejo asesor en materia de drogas, David Nutt, defensor de la tesis de que el consumo de sustancias como la mefedrona o el éxtasis no es más perjudicial que el abuso del alcohol o el tabaco.

Vigilancia en colegios

La venta de mefedrona en locales nocturnos, pubs o incluso a las puertas de los colegios es ahora objeto de la mayor vigilancia. Pero la compra por Internet hace difícil su control y ejerce de gancho para tantos jóvenes, que consiguen adquirirla en pastillas, polvo o líquido a cambio de unas pocas libras.

El informe de la ONU sobre drogas también subraya la accesibilidad a esa sustancia en una serie de comercios conocidos como smart shops que la comercializarían bajo la cobertura de otros productos, como sales de baño o fertilizantes: la mefedrona la utilizan muchos jardineros ingleses que nunca sospecharon otro uso más allá del cuidado de sus plantas.

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