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Mozart atrae a más de 30.000 espectadores en Bilbao

Musika-Música se clausuró ayer tras 66 conciertos y un éxito contundente

Mozart, Mozart y más Mozart. Y el público bilbaíno, entregado a la causa. Dentro del panorama de organización de conciertos y festivales de música clásica en España, la apuesta de Musika-Música en Bilbao es singularmente diferente a cualquier otra y busca llegar a la mayor cantidad de público posible.

Ayer se clausuró la 10ª edición con un fin de semana dedicado íntegramente a la música de Mozart: 66 conciertos durante el fin de semana, con una cifra de entradas vendidas en torno a 30.800, y con 38 convocatorias en las que se ha puesto el cartel de "no hay billetes". Lo que llama poderosamente la atención, al margen de la extraordinaria calidad de la programación, es la asistencia a los diferentes actos de gente de todas las edades y condicionamientos culturales. En las diversas colas de acceso a las cinco salas habilitadas del Palacio Euskalduna -bautizadas para la ocasión con los nombres de Haydn, Salieri, Da Ponte, Sussmayr y Clementi- conviven desde jóvenes principiantes en la música clásica hasta aficionados de los de toda la vida, además de visitantes de las provincias limítrofes y un cada año mayor porcentaje de madrileños y franceses. A ello ha podido contribuir que por primera vez el enfoque y la programación en esta edición en Bilbao ha sido distinto al de la villa de Nantes, pionera en estas aventuras, lo que da idea del grado de madurez conseguido por la directora de Musika-Música, Begoña Salinas, y su equipo.

Los precios de las entradas son accesibles: las localidades de la sala principal cuestan nueve euros; las de la segunda sala en capacidad, siete, y el resto, cinco. Las entradas no son numeradas y así se puede ver guardando su turno en las colas desde al alcalde de Bilbao -un incondicional de esta convocatoria desde sus comienzos- hasta a la consejera de Cultura del Gobierno vasco. En las filas las conversaciones son animadas y hasta se encuentra uno con espectadores disfrazados de Mozart, aprovechando la coincidencia este año con los carnavales.

De los conciertos que han tenido especial éxito este año se cuentan los de Michel Corboz dirigiendo el Réquiem, el Concierto para clarinete con Estellés, los programas de una inspirada Filharmonía de Galicia con algunas de las últimas sinfonías y Ros Marbá al frente, la integral de los quintetos de cuerda con el formidable cuarteto Arriaga y Vladimir Mendelssohn, las sesiones dedicadas a la música sacra y al oratorio Thamos, rey de Egipto, con Christoph Spering y la colaboración del Chorus Musicus de Colonia o la Coral de Bilbao, y, en fin, la participación de primeras figuras como Pasquier, El Bacha, Caussé, Laloum o Ranki, además de la generación de jóvenes intérpretes españoles como Iván Martín, Luis Fernando Pérez, Judith Jauregui, Roberto Baltar y otros, cuyo apoyo año tras año es una de las constantes de este festival.

Una de las señas de identidad de Musika-Música es la serie de conciertos gratuitos de los conservatorios en dos espacios adicionales a ellos dedicados. Este año han participado los de Bilbao, Belorado (Burgos), Ávila, Gijón, La Rioja, Burgos, Astorga, Barakaldo, Calahorra, León, Santander, Soria, Zamora y Musikene, entre otros.

Cristoph Spering, director de Das Neue Orchester, saluda junto a su orquesta.
Cristoph Spering, director de Das Neue Orchester, saluda junto a su orquesta.JESÚS URIARTE
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