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Reportaje:Ola de cambios en el mundo árabe | Los bienes de Gadafi

Miles de millones bajo el colchón

El dictador libio tiene a su disposición mucho dinero en efectivo en los bancos de Trípoli para sobrevivir a las sanciones internacionales y financiar la guerra

Muamar el Gadafi tiene miles de millones de euros en efectivo en el banco central libio y otras entidades que controla en Trípoli, la capital libia, según fuentes del servicio secreto estadounidense citadas por The New York Times. La disponibilidad de semejante caja chica le permitirá al dictador pagar a sus tropas leales, a mercenarios y a quien sea necesario para seguir luchando contra las fuerzas rebeldes. Las jugosas reservas en dinares libios, dólares estadounidenses y otras divisas extranjeras le permiten al régimen neutralizar, al menos de momento, los efectos de la congelación de los depósitos y bienes de Gadafi, de su familia y de sus allegados; aprobada por varios países.

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El régimen comenzó a acumular grandes cantidades de efectivo desde que en 2004 la comunidad internacional levantó las sanciones que pesaban sobre Libia. Gadafi "aprendió a tener en todo momento dinero contante y sonante. Muchas de las ventas petroleras hechas por las autoridades se hicieron en efectivo con este fin", explicó una fuente cercana al dictador al diario estadounidense. La misma persona calcula que entre 3.000 y 4.000 mercenarios africanos luchan por Gadafi. Son grupos reclutados en Malí, Níger o Sudán y se pagan unos mil dólares diarios por combatiente.

El régimen ha aprendido en los últimos años a ocultar bien sus depósitos, tanto así, que las autoridades financieras europeas y estadounidenses han tenido que trabajar duro para identificar la titularidad de las diferentes cuentas y bienes. Entre las cuentas del Estado libio, las de Gadafi, sus familiares y los testaferros, el régimen ha tejido una red difícil de desentrañar.

Pero la crisis libia está demostrando que los bancos también han perfeccionado las técnicas para combatir el lavado de dinero y que han aprendido a aplicar de forma más rápida y efectiva las sanciones financieras impuestas a las dictaduras. Tras varias condenas por haber fallado a la hora de congelar depósitos de regímenes como el del Cuba o Irán, el sector financiero a ambos lados del Atlántico ha actuado con mayor celeridad y eficacia en la crisis libia.

Estados Unidos no tardó nada en identificar y congelar 32.000 millones de dólares de patrimonio libio en manos de la Autoridad de Inversiones de Libia (LIA, en inglés) y del propio Gadafi, su familia y altos cargos del régimen. En la misma línea, Reino Unido, Suiza, Luxemburgo, Canadá y Japón no tardaron en actuar contra las finanzas del régimen. "Estamos mucho mejor que hace 10 o 15 años en la lucha contra el dinero negro", declaró al Financial Times Vincent Schmoll, del grupo especial de lucha contra el fraude financiero (FATF), con sede en París.

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De todos modos, el caso libio supone un gran desafío para las autoridades financieras puesto que en los últimos años Gadafi fue recibido con los brazos abiertos en todos los centros financieros de Europa. Muchas empresas e instituciones tienen muchos y complejos negocios con el dictador y su entorno.

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