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La escalada de las materias primas eleva el IPC al 3,6%

El diferencial con la zona euro se amplía en febrero

Alejandro Bolaños

En enero fue el incremento de las tarifas, con la luz a la cabeza. En febrero, fue el repunte del petróleo, que se instaló por encima de los 100 dólares por barril. Y en ambos meses contribuyó de forma significativa el encarecimiento de los alimentos y del tabaco respecto al año anterior. El arranque de 2011 ha devuelto la inflación a escena, con una tasa interanual del 3,6% en febrero, según confirmó ayer el Instituto Nacional de Estadística. En seis meses, el alza del IPC se ha duplicado para volver a valores inéditos desde la segunda mitad de 2008, cuando la anterior escalada de las materias primas apenas empezaba a remitir.

Los expertos habían anticipado que el acelerón de los precios tocaría techo en febrero. La mayoría de las previsiones acertaron con la evolución del IPC, pero lo que no está claro ahora es que el sprint inflacionista haya acabado. La revuelta en Libia y la incertidumbre sobre si las protestas se extenderán a exportadores estratégicos han dado otro empujón al precio internacional del crudo, anclado este mes cerca de los 115 dólares por barril.

El protagonismo del alza del petróleo en el repunte de la inflación es indudable. El transporte acumula una variación interanual del 10%, muy cerca del máximo alcanzado en julio de 2008 cuando el petróleo se aupó a los 146 dólares por barril. Su repercusión en el índice de precios es mucho mayor que en el conjunto de la zona euro, donde el aumento del transporte apenas supera el 5%.

Combinación peligrosa

Con la subida de precios, el diferencial con la zona euro vuelve también por donde solía. Según el índice armonizado, que se construye con un método de cálculo ligeramente distinto, la brecha se ha ampliado hasta un punto porcentual (3,4% frente a 2,4%). Es una magnitud muy similar a la que era habitual antes de la crisis, con la diferencia de que ahora la economía española no está al frente del crecimiento de la zona euro, sino en el furgón de cola. Una inflación cercana al 4% con tasas de crecimiento exiguas es una combinación peligrosa, aunque el Ministerio de Economía mantiene que el alza de precios se moderará pronto.

La subida de la tasa interanual del IPC en febrero se debió también en buena parte al crecimiento de precios en varios servicios (viajes organizados, seguros y hostelería) y en algunos alimentos, elaborados y sin elaborar. Esto propulsó la inflación subyacente (que excluye a los productos energéticos y los alimentos frescos por su volatilidad) al 1,8%, la mayor tasa en dos años. Y eso que la escalada de los cereales en los mercados internacionales (con cotizaciones en niveles récord) apenas se ha trasladado aún a los precios del pan, las harinas o las pastas, a diferencia de lo que ocurrió en 2008.

Entre los expertos se da por hecho una revisión al alza del pronóstico de inflación para reflejar la evolución "de alimentos y servicios" y "actualizar las previsiones energéticas", según precisó el Instituto Flores de Lemus.

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