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Entrevista:GUILLERME VÁZQUEZ | Portavoz nacional del BNG

"La política económica de Feijóo es el efecto Xacobeo, el Papa y el Gaiás"

Para Guillerme Vázquez (Pontevedra, 1952), la derecha resiste la crisis que sus políticas han causado "porque el sistema hace prácticamente imposible formular aternativas y que lleguen a la gente". Convencido de la necesidad de movilizar a la ciudadanía, el portavoz nacional del BNG llama a la manifestación que mañana, a las 12, en la Alameda de Santiago, marchará "en defensa del ahorro, el empleo y el país".

Pregunta. ¿La ciudadanía responderá mañana?

Respuesta. Estamos haciendo todo lo posible. Es una movilización más necesaria que nunca. Estamos ante una situación preocupante, en la que más allá de las recetas del Gobierno central, que perjudican a la mayoría social, tenemos una Xunta indolente con los problemas de Galicia, los sectores productivos atacados y la caja gallega camino de la bancarización.

"Si vas a Alemania, no sé si las cajas y los bancos les parecerán lo mismo"
"Si el decreto le parece injusto a Feijóo. ¿por qué no lo recurre?"

P. ¿No es difícil explicar al ciudadano la diferencia entre caja y banco?

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R. Si vas a Alemania, no sé si les parece igual que existan las cajas o que no. Jugaron un papel diferente a los bancos: están vinculadas al territorio y la caja otorgó entre un 50% y un 60% del crédito en este país. Hablamos de la obra social, que podemos criticar pero no negar que existe, servicios en lugares poco poblados... Aunque algunos ciudadanos piensen eso, lo admito, no es lo mismo.

P. Pero las cajas gallegas, en términos de control democrático, no se comportaron de manera diferente a los bancos.

R. Por eso propusimos una ley, aprobada aunque después modificada, dirigida a cambiar esa situación: transparentar y democratizar su funcionamiento y permitir un mayor control público, que no existió en años. Las cajas actuaron como actuaron por la renuncia del poder político a ejercer un criterio.

P. La Xunta y el BNG coincidieron en el tramo inicial de la fusión...

R. El PP, en la primera parte de este proceso, coincidió con el Bloque y apostó por la fusión que proponíamos. Cuando se produjo, el BNG no la apoyó, y el PP y los socialistas, sí. Como la privatización no avanzaba, el Gobierno central cambió las reglas a mitad de partido.

P. ¿Qué puede hacer la Xunta frente a esas exigencias del Ejecutivo central?

R. Hay dos posibilidades. Una, dejarse ir. La otra, pensar que es una decisión claramente política y defenderse políticamente. La Xunta, en lugar de hacer caso a una propuesta nuestra de posición gallega, o de movilizar la energías de la sociedad, ha optado por la negociación por debajo y confiar en su grupo político para variar la posición. Si es que era la intención final. Fue Rajoy quien dijo que se opondría al decreto de las cajas. Acaba de votarse en el Congreso y el PP se abstuvo. ¿Por qué la Xunta sigue sin presentar un recurso de inconstitucionalidad cuando el decreto viola las competencias de la Xunta?

P. Feijóo ha calificado la norma de "injusta".

R. Sí, pero al mismo tiempo no hace nada para combatirlo. Nada útil. Y lo que nosotros planteamos no digo que solucionase las cosas, pero plantearía batalla frente a eso que tilda de injusto.

P. Desde el giro a la derecha de Zapatero, el BNG ha acentuado su crítica a los socialistas. ¿Dificultará el entendimiento después de las elecciones?

R. El partido socialista se aleja de sí mismo. Lo expresó su presidente: "Me cueste lo que me cueste". Decidió pegar un giro y aplicar las recetas de la derecha. Lo único que hicimos nosotros fue mantener nuestro discurso: defensa del país, de sus sectores productivos, del derecho a vivir y trabajar en la tierra y a favor de la mayoría social. En las municipales aspiramos al mayor grado de representación y cuando los ciudadanos decidan, veremos sobre qué bases conformamos mayorías para sustentar gobiernos.

P. ¿Pero ese giro del PSOE no repercute ya en el día a día de las coaliciones?

R. No debería, porque los pactos de gobierno están hechos sobre programas. El establecimiento de un pacto en el tiempo en el que se hizo y para gestionar lo mejor posible es una cosa. Y otra, que no tengamos opinión sobre la crisis económica y sus soluciones o sobre el gallego. Los nuevos acuerdos se harán en una realidad política y económica diferente y ahí veremos sobre qué hay que sustentarlos.

P. ¿Qué papel juegan los ayuntamientos contra la crisis?

R. Los municipios no pueden definir la política económica, pero sí orientar su actividad. Dentro de las limitaciones de un presupuesto local. No me parece indiferente que se opte entre el pequeño comercio y las grandes superficies. No me parece lo mismo que un alcalde sea correa de transmisión del Gobierno central o de la Xunta o que tome una posición activa en contra.

P. ¿En qué alternativa piensa el BNG frente al paro?

R. La política económica general debe cambiar. Avisamos de que el recorte de derechos y la renuncia al gasto social y productivo traería estas consecuencias. Baja el consumo y no hay manera de reactivar la economía. El Estado renuncia a eso. En nuestro país, la situación se agrava porque el sector lácteo o el pesquero carecen de políticas, porque el decreto del carbón va a hacer que se pierdan 3.000 puestos de trabajo... También podemos hablar de cómo la Xunta paraliza un concurso eólico en base a unas irregularidades de las que nunca más se supo, pero, al final, 2.000 empleos menos.

P. Además de afirmar que carece de competencias, Feijóo se escuda en la dependencia de la economía gallega respecto de la española.

R. Las culpas del Gobierno central son las que tiene, obvias. Y nada mejora, una minoría de empresas ganan más, una mayoría pierde poder adquisitivo. El señor Feijóo primero le echa la culpa al Gobierno anterior y ahora al de Zapatero, pero toda su política es el efecto Xacobeo, su estrategia para la visita papal y ahora el efecto Gaiás.

P. ¿Prevén conservar su actual poder municipal?

R. Prevemos que la gente renueve su confianza y si crece, mejor. Faltan dos meses y cada vez más gente mira para el BNG.

P. ¿Manejan encuestas?

R. Como sabe, somos limpios, honrados, pero pobres. Aunque no comentamos encuestas, si uno sigue las que han ido saliendo, la evolución del Bloque desde 2009 es positiva. Seríamos de las pocas fuerzas políticas que subirían en el Estado.

P. ¿Temen que un derrumbamiento del PSdeG los aleje de las corporaciones municipales?

R. Mi única preocupación, como la de cualquier dirigente político, es el propio resultado. Y trabajamos para el mejor resultado electoral posible, como supongo harán los demás.

P. ¿Es el AVE una infraestructura realmente tan necesaria para Galicia?

R. Si alguien ha seguido este debate, hace años que damos una batalla sobre la necesidad de modernizar las líneas interiores de cercanías. Fruto del debate, se mejoró la línea Vigo-A Coruña, aunque no hasta Ferrol. Pero entre Lugo y Ourense está abandonada, como la conexión con Portugal. Dicho esto, dado que todas las zonas del Estado cuentan con AVE, y a Sevilla llegó hace 23 años, lo normal es que Galicia no se vea excluida.

P. ¿Y por qué se centra el debate público en el AVE y no en el tren de cercanías?

R. No es solamente responsabilidad de los grupos políticos. Por lo menos, no del mío, y ahí están las actas de los debates.

P. Educación presume de paz en las aulas tras aplicar el decreto del gallego.

R. Paz también había en el Egipto de Mubarak. No puede haber una tensión movilizadora constante durante años. Pero la sociedad gallega se movilizó por miles y también las entidades que algo tienen que ver con el idioma expresaron su rechazo al decreto.

P. ¿Qué queda por hacer?

R. Aunque los sustancial no varió, sí lo hicieron las formas. Si no se hubiese dado la lucha, ¿dónde estaría la Xunta en su ataque al gallego?

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